Eduardo Castilla
Las elecciones de ayer domingo 11 de agosto dejaron novedades y un conjunto
de problemas abiertos para los próximos meses. Señalemos al pasar algunas de
las principales cuestiones que creemos se desprenden de esta elección. Algunas definiciones,
que compartimos en lo esencial, ya las ha hecho el amigo Dal Maso en su blog.
Una confirmación del “fin de
ciclo”
En primer lugar, quedó en evidencia
el declive del kirchnerismo, a pesar de contar con una serie de condiciones
favorables que planteaban un escenario distinto al 2009. Así lo señalaba ayer Verbitsky
cuando escribía
que “Entonces no existía la AUH, el desempleo era un punto porcentual más
alto que ahora y el PIB cayó un 3 por ciento”. Esas condiciones favorables de
la economía con las que el kirchnerismo intentó torcer la vara, junto a la
moderación política y discursiva que bien señaló Fernando Rosso en este post, no alcanzaron para frenar el
declive del gobierno. Si incluso los peores augurios, le daban cerca de un 35%
del total de votos nacionales, la realidad estuvo casi 10 puntos abajo, apenas
en el 26.31%. A pesar de las negativas de los periodistas e intelectuales
kirchneristas a hablar de “fin
de ciclo” esta baja votación confirma ese declive.
En segundo lugar, la votación de
la provincia de Buenos Aires no definió que Massa es ya el candidato “presidenciable”
hacia el 2015. Aunque sí parece haber sepultado, de manera definitiva, la posibilidad
de un proyecto reeleccionista de CFK. Massa sacó una diferencia mayor a la
venían indicando diversas encuestas pero no lo suficientemente alta como para
convertirse sin lugar a dudas en el candidato de la sucesión dentro del
peronismo. Las posibilidades de que esta victoria lo haga avanzar aún más en
octubre no están descartadas. Por el contrario, resulta difícil la perspectiva
de que Insaurralde pueda crecer hacia esa elección. Quedó en evidencia un techo
para el kirchnerismo que difícilmente pueda perforar el intendente de Lomas si
se mantiene bajo el ala de CFK.
Si Massa gana en octubre e
incluso con una diferencia mayor, puede convertirse en la base de la
construcción de un peronismo opositor aún más fuerte que el que intentó emerger
con la alianza De la Sota-Moyano-De Narváez. Al respecto, una alianza con De la
Sota, que resultó ganador en su provincia, podría ser parte del escenario
político después de octubre. Si bien aquí entraría en franca contradicción con
las aspiraciones presidenciales del Gallego (que, aunque ganó claramente, no
logró hacer una elección realmente contundente).
¿La derrota de ayer pone a CFK en
brazos de Scioli como se afirma acá?
¿O CFK sigue siendo la “gran electora” como señala
Verbitsky hoy? Aún está por verse, pero pareciera más bien la primera opción. De
conjunto, el kirchnerismo parece enfrentarse a dos opciones: o recostarse aún
más sobre Scioli y empezar una negociación que le permita una “transición
ordenada” aún a costa de fortalecer al ex moto-nauta, ex menemista-duhaldista. O,
como opción alternativa, intentar “construir” su propio movimiento durante los
dos años que quedan de gobierno para luego, seguir su ciclo “desde el llano” es
decir, como partido de oposición, con una base juvenil y una fracción de
cuadros peronistas que quieran estar junto a la “compañera presidenta” peleando
“desde abajo”. Todo pareciera apuntar a la primera opción.
En tercer lugar, la oposición
burguesa sigue claramente desmembrada. A pesar de la buena elección de Binner
en Santa Fe o de Cobos en Mendoza (con más del 40% de los votos en ambos casos)
eso no construye aún una oposición con peso nacional. La sumatoria de los votos
de la UCR, el FCS y el UNEN (posible alianza electoral de cara al 2015) alcanza
al 17% de los votos nacionalmente. Difícilmente sea posible unificar este
espacio no peronista con el macrismo (que sacó el 3.33% nacionalmente) como
para pensar una fuerza con mayor capacidad de disputa contra el PJ.
Ese 17% es una buena base para
pelear electoralmente si el peronismo llega dividido a las elecciones pero resultaría
insuficiente si Scioli o Massa logran ordenar la tropa y llegar a algún tipo de
acuerdo, algo que, por el momento, no pareciera resultar probable. En todo
caso, resulta claro que, una vez más, el futuro del país se define en la
estratégica provincia de Buenos Aires y dentro de las filas del peronismo.
La emergencia de la izquierda como fuerza política nacional
Lo verdaderamente novedoso de la
elección ha sido el surgimiento de la izquierda obrera y socialista como actor
dentro de la situación política. Si ya las elecciones del 2011 habían mostrado
que el FIT podía ser parte de la realidad política nacional, estas elecciones,
donde los votos llegan casi a 900mil son ejemplo de un crecimiento cualitativo.
Lo que emerge es una izquierda que hizo de la denuncia de la casta política que
gobierna para los capitalistas, una verdadera bandera de lucha que llegó a
millones. Emerge una izquierda con un claro discurso obrero y socialista, que
en la campaña denunció claramente los padecimientos del pueblo trabajador: la
precarización laboral, el impuesto al salario, el transporte, la salud y la
educación, entre otros. Una izquierda que utilizó los espacios cedidos en
televisión para identificar y denunciar claramente a la burocracia sindical,
principal enemigo de la organización de la clase trabajadora y que reivindicó
como ejemplo a seguir las enormes movilizaciones en Brasil.
Contra los discursos vacíos del
conjunto de las fuerzas políticas patronales (y a las que se terminó adaptando
cierta izquierda partidaria así como la izquierda
independiente) las consignas del FIT fueron claras y eso impactó en la
conciencia de millones, logrando resultados realmente importantes en lugares
como Jujuy y Mendoza así como un crecimiento en lugares donde ya el FIT contaba
con cierto peso como Capital Federal, Córdoba, Neuquén y la provincia de Buenos
Aires.
En algunas provincias, la crisis
de la centroizquierda burguesa fue un factor de este crecimiento. ¿Esto quiere
decir simplemente que la izquierda ocupó un lugar vacante? Sí y no. La votación
a una izquierda con un claro perfil de denuncia anticapitalista (contra las
ganancias de los empresarios, contra la precarización laboral y contra la casta
política que se vuelve millonaria) empalmó con el sentimiento de cientos de miles
de trabajadores, mujeres y jóvenes. Esto se puede empezar a analizar a partir
de las elecciones por distrito, aún de una manera general.
La elección en Jujuy, donde la candidatura de nuestro
compañero (que trabaja como recolector de basura) Alejandro Vilca logró casi el
9% de los votos y mostró al Frente de Izquierda como tercera fuerza en lugares
de alta composición obrera (como Ledesma, San Pedro, Palpalá y
San Salvador) es un ejemplo. En la provincia de Buenos Aires,
las buenas elecciones en distritos de composición obrera y popular (como por
ejemplo La Matanza con 4.13% y la tercera sección de conjunto donde obtuvimos
el 4.35%) va en el mismo sentido. En Mendoza,
la muy buena elección de mi amigo Nicolás del Caño (que logró el 7.61% y más de
70mil votos) tuvo sus mejores votaciones en distritos obreros y populares como Las Heras, Guaymallén, los barrios bajos de Godoy Cruz, Lavalle y el Este, entre
otros.
En Córdoba,
donde hubo un voto mayoritariamente conservador (con casi el 65% de los votos
repartidos entre el PJ, UCR y el PRO) el crecimiento electoral del FIT registró una suba de casi 30mil votos en relación al 2011 con una muy
buena elección en la capital, con el 9.21% de los votos. Aquí prácticamente empató
con el FPV (apenas 4 mil votos menos). Este es un dato central porque en la
capital provincial se encuentran las principales concentraciones obreras así
como la enorme mayoría de los trabajadores estatales y docentes. También se
encuentra la UNC, de la cual Scotto quiso presentarse como la “candidata” en su
rol de ex rectora. Mientras que el Frente de Izquierda logró su mejor votación
en la Capital, el kirchnerismo obtuvo una mejor votación en el interior
provincial, por ejemplo ganando en la conservadora y sojera Villa María.
Una vez más, política
electoral y política revolucionaria
Estas cuestiones, que deberemos aún estudiar más en profundidad, son
centrales para no caer en la trampa de la mecánica electoral “normal” contra la
que Trotsky advertía al PC alemán a inicios de los 30’ cuando este partido se
ufanaba del aumento de su caudal electoral sin tomar en cuenta el crecimiento
geométrico del fascismo (El giro de la
Internacional Comunista y la situación de Alemania, ver acá). Salvando las enormes
diferencias de la situación, la lógica que plantea Trotsky mantiene su validez.
Esto quiere decir que no se trata simplemente de pegar un salto en la
cantidad de votos como el que acaba de lograr el FIT y que puede permitir pelear
por obtener diputados nacionales y provinciales en Octubre. La importante
elección que permite a la izquierda ser un actor “competitivo”
es la base para la organización amplia de los trabajadores, las mujeres y la
juventud. Que la votación del FIT encuentre en esos sectores sociales una de
sus bases, que se dé una identificación entre nuestras campañas y las demandas
de sectores explotados y oprimidos puede ser el punto de partida para avanzar
en ese camino. Los casi 900mil votos son
la base sobre la que puede avanzar una izquierda que se proponga organizar
activamente a los sectores antiburocráticos del movimiento obrero, a la
juventud precarizada, a las mujeres que luchan por el conjunto de sus derechos,
a los sectores LGTB que sufren la opresión y la persecución de la policía, la
iglesia y el conjunto de las instituciones de esta sociedad patriarcal. Sobre esas bases se pueden dar pasos en la construcción de un verdadero partido revolucionario de vanguardia que esté a la altura de intervenir cuando la crisis económica internacional y los fenómenos de movilizaciones de masas que estamos viendo en Brasil, Bolivia y Chile, impacten claramente en el país.
Publicamos varios comentarios que diversos compañeros no pudieron subir.
ResponderEliminarEste es de Facundo Aguirre.
Camaradas, evitemos que se nos suba la fiebre electoral. Vayamos por partes. La derrota del gobierno liquida el proyeccto reelecccionista y la idea de una sucesión sciolista -más allá de que puedan terminar más unidos por espanto que por amor- Scioli es uno de los grandes derrotados de la jornada. Dos la oposición no sigue desmembrada, eso es un error. Hay dos fuertes tendencias ahora que tienden a unificarla Massa como imán de la derecha del peronismo y los caídos K y el acuerdo Binner Carrio por el sojerismo. La elección del FIT -4% a nivel nacional, 732 mil votos con el 97% de las mesas escrutadas y no 900 mil como afirma el post- nos plantea la posibilidad de ingresar al congreso y complementar la lucha extraparlamentaria. Sin embargo, el voto al FIT es tanto desencanto y acuerdo con los planteos anticapitalistas como ocupación del centroizquierdismo vacante en el interior del país. Una base que hay que ganar política y culturalmente para una posición que no busca la reforma sino la revolución. Al PO ya le paso en Santa Cruz y Salta y poco le dejo en términos políticos. Lo cierto es que nuestra gran elección nos plantea la necesidad de pegar un salto en la construcción de un partido revolucionario así como en la organización política independiente de la vanguardia obrera y popular.
Saludos revolucionarios.
http://facundoaguirre.wordpress.com/2013/08/12/despues-de-las-paso/
La compañera Cecilia de Rosario críticó correctamente que no hubiera incluído los datos de la excelente elección que los compañeros y compañeras de Santa Fe hicieron, logrando casi 50mil votos, superando claramente el piso de las PASO. Esto viene siendo ocultado por el conjunto de los medios de comunicación de la provincia que quieren invisibilizar la gran elección de la izquierda.
ResponderEliminarAdemás de que hicieron una muy buena elección en Rosario, el cordón de San Lorenzo y Villa Constitución, es decir, en zonas urbanas obreras y estudiantiles. Sobre todo en Rosario fue una elección muy importante con 4.5%, superando a todas las listas de la centroizquierda en concejales.