Lucas Montiel abogado del CeProDH y el PTS
Especialista en Ambiente 
En
 la tarde del 11 de agosto, en plenos actos eleccionarios de las 
PASO,  en los medios circulaba una noticia preocupante que invadía el 
ambiente: se habían quemado 1500 ha. de bosque nativo de la zona serrana
 de Córdoba, más precisamente en cercanías a la Villa de Carlos Paz,
Los
 medios hablaron de que se trataba de un “siniestro” o también usaron 
términos como “caprichoso frente de viento y fuego”. Sabemos que los 
desastres naturales son ocasionados por acciones antrópicas (originadas 
por la acción directa de la mano del hombre) o por la naturaleza misma, 
según como lo denominan la mayoría de los especialistas ambientales. 
Pero nosotros pensamos que, no obstante, todo lo mencionado, no nos 
permite especificar las causas y profundidad de este tipo de 
acontecimientos, que tienen un claro contenido social, económico y 
político y que nos dejan con un pasivo ambiental importante.
La
 planificación urbana de la villa veraniega tiene mucho que contar en 
este desastre “natural” ocurrido. Con esto nos estamos refiriendo a los 
grandes emprendimientos inmobiliarios emplazados en la villa y zonas 
cercanas, haciendo que dicha acción (permitida por el estado) desborde 
los límites de las infraestructuras disponibles degradando, de esa 
manera, los recursos disponibles del lugar, por ejemplo, el agua o 
el  suelo. Estamos en presencia de un crecimiento urbano que sobrepasa 
la capacidad de carga de la infraestructura.
Esto
 no implica que no estemos de acuerdo con la falta de crecimiento, pero 
ello se tiene que lograr sin que se hipoteque el futuro de los demás, en
 beneficio de unos cuantos, concentrando y especulando con la riqueza en
 complejos habitacionales ociosos y vacíos. En función de este tipo de 
construcciones, no tiene nada de sorprendente que los asentamientos 
habitacionales de planes de vivienda sociales estén en las márgenes o 
periferias.
El fuego y los desmontes
En
 contraste con lo antes mencionado, el fuego tiene origen en las 
cercanías del Barrio Las Colinas, un barrio popular de la destacada 
villa, dejando al descubierto la crisis habitacional del lugar, donde 
viven más de 40 familias trabajadoras. Familias que parecen destinadas 
al hacinamiento en las periferias y a soportar el riesgo ecológico que 
ocasionan los grandes emprendimientos “desarrollistas”, haciendo un 
distingo de la calidad de vida que existe en una zona y otra.-
Los
 desmontes en estos crecimientos urbanos, son la causa-efecto de este 
tipo de desastres. Estos desmontes son hechos de manera indiscriminada y
 con la anuencia de las autoridades de medio ambiente del Gobierno 
Provincial y Municipal, derivando ello en la desertificación de los 
suelos, desastres a los que hoy asistimos. Esta actividad trae aparejada
 que los suelos se vuelvan impermeables no pudiendo absorber gran parte 
de las precipitaciones caídas en el año, a razón de haber eliminando las
 especies arbóreas y que estas no puedan ejercer su actividad natural 
como regulador del ecosistema. Si se reduce la cobertura invernal, ello 
deriva en sequía hasta perder su escasa humedad en suelo. Por lo que, el
 efecto en conjunto de las actividades influyen directamente en el 
peligro de incendios; es ahí cuando sí tienen que ver los vientos que 
soplan y las altas temperaturas, pero no son la principal causa 
“natural” imputable a la catástrofe ecológica.
Las consecuencias naturales inmediatas del problema
Tendremos
 que tener en cuenta que después de este incendio quedará en ese suelo 
un manto de dióxido de carbono, que las escorrentías (corriente de agua 
que se desprende da las laderas de los cerros) llevarán a los 
principales causes de agua superficiales de la zona, terminado su 
trayecto en el dique San Roque, de donde se abastece la mayor población 
de la villa y de la ciudad de Córdoba. Otro tanto se filtrará hacia las 
napas contaminando también las aguas subterráneas, afectando directa y 
negativamente en la salud humana a través de aguas contaminadas, 
cuestión esta última que no se puede tolerar.
También
 los suelos quedaran inutilizados por una decena de años, no pudiendo 
recuperara su productividad, cuestión esta que aqueja a la economía de 
una familia de pequeños productores dedicada a los emprendimientos 
rurales de la zona.-
El Plan provincial del fuego.
El “Plan 
provincial de manejo del fuego”, creado por el gobierno delasotista, 
demostró ser una vez más un fracaso. De no ser por las lluvias 
presentadas el día lunes 12/8, no se sabía en qué iba a terminar el 
“siniestro”. Sin embargo, bien le sirvió como principal consigna 
electoral y clientelar otorgando unas semanas antes de las PASO cientos 
de 4x4, coches-bomba y subsidios a las intendencias del interior 
cordobés. Todo este gasto desopilante, que incluyó aviones hidrantes, no
 bastó para sofocar el incendio en las sierras cordobesas pero sí para 
“saquear”, con otra excusa, los bolsillos de los trabajadores y 
trabajadoras y el pueblo pobre de Córdoba a través del “Fondo al fuego 
Ley 9147”. Este último fue presentado como una “innovación” en materia 
de impuestos ambientales, que pagamos con nuestra factura de la luz 
todos los cordobeses.
Los
 medios nos quieren hacer creer que este desastre es consecuencia de un 
acontecimiento ajeno y extraño y que obedecen a “estrictas casusa 
naturales” haciendo de ello una idea de “sentido común”, cuando la 
verdadera causa de estos desastres son netamente motivados por la 
actividad capitalista y su búsqueda de ganancias, que termina yendo en 
desmedro de la naturaleza y de la población trabajadora y humilde. Es 
ella la que tiene que soportar una vez más las carestías de la vida y 
los efectos del impacto ambiental que estos desastres producen.
 
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