miércoles, 28 de agosto de 2013

Incendios por sequía en las sierras cordobesas. Las verdaderas causas


Lucas Montiel abogado del CeProDH y el PTS
Especialista en Ambiente

En la tarde del 11 de agosto, en plenos actos eleccionarios de las PASO,  en los medios circulaba una noticia preocupante que invadía el ambiente: se habían quemado 1500 ha. de bosque nativo de la zona serrana de Córdoba, más precisamente en cercanías a la Villa de Carlos Paz,
Los medios hablaron de que se trataba de un “siniestro” o también usaron términos como “caprichoso frente de viento y fuego”. Sabemos que los desastres naturales son ocasionados por acciones antrópicas (originadas por la acción directa de la mano del hombre) o por la naturaleza misma, según como lo denominan la mayoría de los especialistas ambientales. Pero nosotros pensamos que, no obstante, todo lo mencionado, no nos permite especificar las causas y profundidad de este tipo de acontecimientos, que tienen un claro contenido social, económico y político y que nos dejan con un pasivo ambiental importante.
La planificación urbana de la villa veraniega tiene mucho que contar en este desastre “natural” ocurrido. Con esto nos estamos refiriendo a los grandes emprendimientos inmobiliarios emplazados en la villa y zonas cercanas, haciendo que dicha acción (permitida por el estado) desborde los límites de las infraestructuras disponibles degradando, de esa manera, los recursos disponibles del lugar, por ejemplo, el agua o el  suelo. Estamos en presencia de un crecimiento urbano que sobrepasa la capacidad de carga de la infraestructura.
Esto no implica que no estemos de acuerdo con la falta de crecimiento, pero ello se tiene que lograr sin que se hipoteque el futuro de los demás, en beneficio de unos cuantos, concentrando y especulando con la riqueza en complejos habitacionales ociosos y vacíos. En función de este tipo de construcciones, no tiene nada de sorprendente que los asentamientos habitacionales de planes de vivienda sociales estén en las márgenes o periferias.

El fuego y los desmontes

En contraste con lo antes mencionado, el fuego tiene origen en las cercanías del Barrio Las Colinas, un barrio popular de la destacada villa, dejando al descubierto la crisis habitacional del lugar, donde viven más de 40 familias trabajadoras. Familias que parecen destinadas al hacinamiento en las periferias y a soportar el riesgo ecológico que ocasionan los grandes emprendimientos “desarrollistas”, haciendo un distingo de la calidad de vida que existe en una zona y otra.-
Los desmontes en estos crecimientos urbanos, son la causa-efecto de este tipo de desastres. Estos desmontes son hechos de manera indiscriminada y con la anuencia de las autoridades de medio ambiente del Gobierno Provincial y Municipal, derivando ello en la desertificación de los suelos, desastres a los que hoy asistimos. Esta actividad trae aparejada que los suelos se vuelvan impermeables no pudiendo absorber gran parte de las precipitaciones caídas en el año, a razón de haber eliminando las especies arbóreas y que estas no puedan ejercer su actividad natural como regulador del ecosistema. Si se reduce la cobertura invernal, ello deriva en sequía hasta perder su escasa humedad en suelo. Por lo que, el efecto en conjunto de las actividades influyen directamente en el peligro de incendios; es ahí cuando sí tienen que ver los vientos que soplan y las altas temperaturas, pero no son la principal causa “natural” imputable a la catástrofe ecológica.

Las consecuencias naturales inmediatas del problema

Tendremos que tener en cuenta que después de este incendio quedará en ese suelo un manto de dióxido de carbono, que las escorrentías (corriente de agua que se desprende da las laderas de los cerros) llevarán a los principales causes de agua superficiales de la zona, terminado su trayecto en el dique San Roque, de donde se abastece la mayor población de la villa y de la ciudad de Córdoba. Otro tanto se filtrará hacia las napas contaminando también las aguas subterráneas, afectando directa y negativamente en la salud humana a través de aguas contaminadas, cuestión esta última que no se puede tolerar.
También los suelos quedaran inutilizados por una decena de años, no pudiendo recuperara su productividad, cuestión esta que aqueja a la economía de una familia de pequeños productores dedicada a los emprendimientos rurales de la zona.-

El Plan provincial del fuego.
 
El “Plan provincial de manejo del fuego”, creado por el gobierno delasotista, demostró ser una vez más un fracaso. De no ser por las lluvias presentadas el día lunes 12/8, no se sabía en qué iba a terminar el “siniestro”. Sin embargo, bien le sirvió como principal consigna electoral y clientelar otorgando unas semanas antes de las PASO cientos de 4x4, coches-bomba y subsidios a las intendencias del interior cordobés. Todo este gasto desopilante, que incluyó aviones hidrantes, no bastó para sofocar el incendio en las sierras cordobesas pero sí para “saquear”, con otra excusa, los bolsillos de los trabajadores y trabajadoras y el pueblo pobre de Córdoba a través del “Fondo al fuego Ley 9147”. Este último fue presentado como una “innovación” en materia de impuestos ambientales, que pagamos con nuestra factura de la luz todos los cordobeses.
Los medios nos quieren hacer creer que este desastre es consecuencia de un acontecimiento ajeno y extraño y que obedecen a “estrictas casusa naturales” haciendo de ello una idea de “sentido común”, cuando la verdadera causa de estos desastres son netamente motivados por la actividad capitalista y su búsqueda de ganancias, que termina yendo en desmedro de la naturaleza y de la población trabajadora y humilde. Es ella la que tiene que soportar una vez más las carestías de la vida y los efectos del impacto ambiental que estos desastres producen.

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