Ayer se conoció la terrible noticia de la muerte de dos obreros de la construcción en una obra del barrio Nueva Córdoba. Según denuncia la burocracia de la UOCRA "Se construía hormigón, columnas, viga y loza juntas maximizando los riesgos de derrumbe”. En lo que van del año hay tres obreros muertos en estos accidentes debido a la desidia capitalista.
Aquí habíamos escrito hace un año y medio a propósito de la muerte de la joven Estefanía Puechagut, hecho que ocurrió a pocas cuadras de mi casa, en un lugar por donde pasaba todos los días.
La muerte de los obreros ayer en Nueva Cordoba, barrio cheto de nuestra ciudad, demuestra que los datos consignados en la nota y el análisis general mantienen vigencia.
Pago abajo la nota
Córdoba: Un “boom” inmobiliario que se mide en vidas
Justicia y negocios capitalistas: una asociación estratégica
Hace pocas semanas Estefanía Puechagut, de sólo 24 años moría
producto de las lesiones sufridas cuando la pared de un edificio en
construcción se desplomó desde el décimo piso sobre ella. El pasado
lunes 6 de septiembre el fiscal de la causa, imputó a 10 trabajadores de
la obra como responsables de “homicidio culposo” por el hecho. Se
podría hablar de ceguera, cinismo, falta absoluta de criterios, pero la
realidad es que en Córdoba el negocio inmobiliario mueve millones,
generando enormes ganancias para los sectores capitalistas ligados a la
construcción.
Este es el verdadero motivo por el cuál, hasta el momento en que
escribimos esta nota, no hay imputados entre los responsables de la
empresa constructora ni entre los funcionarios del gobierno municipal.
La justicia burguesa responde así a la verdadera “asociación
estratégica” que existe entre los empresarios de la construcción y los
estados provincial y municipal para garantizar sus negocios.
Ladrillos, soja y más ladrillos.
La muerte de Estefanía vino a desplegar nuevamente ante los ojos de
la población la brutal forma de hacer negocios de los capitalistas. Las
obras se realizan en condiciones completamente precarias y a una
velocidad acelerada. Córdoba se va remodelando y surgen edificios en los
barrios más cercanos al centro, así como barrios cerrados en las zonas
alejadas y especialmente construidas para las clases medias altas.
“Córdoba se viene despegando en los últimos años con un crecimiento
superior a la media del país. De hecho, en la ciudad se registraron 1,5
millón de metros cuadrados en permisos de construcción durante 2009, 18
por ciento superior a 2008. La cifra es alta por sí sola, pero lo es
todavía mucho más si se tiene en cuenta que en todo el país, en ese
período los permisos cayeron el 15 por ciento (entre ellos Capital
Federal bajó 35 por ciento y Rosario cayó el 18)”.
Los datos presentados por el matutino cordobés muestran un verdadero
“boom” que logró sortear los golpes que recibió la provincia en los
inicios de la crisis internacional. Este “boom” viene motorizado
centralmente por las gigantescas ganancias que el sector ligado al campo
obtiene por la mayor cosecha y los precios de la soja que se mantienen
altos a nivel internacional. El “yuyo” más cotizado de los últimos años
está permitiendo una importante acumulación de capital en sectores de la
burguesía y pequeña burguesía acomodada del interior provincial que se
invierte en la construcción y adquisición de inmuebles, lo que se
considera una “inversión segura”. Al mismo tiempo, muchas empresas están
construyendo nuevas sucursales y oficinas para aprovechar el
crecimiento económico de los últimos meses.
Las constructoras y las empresas ligadas al sector han apuntado a
estos sectores sus cañones. El sitio elinmobiliario.com, dedicado al
seguimiento de las nuevas inversiones anuncia exultante que “Ya están
listas la sede actual de Hewlett Packard, Quorum Hotel, la cancha de
golf 9 hoyos par 3 (la primera del país apta para practicar el deporte
de noche), el Centro de Congresos y Convenciones y el zócalo comercial”.
Mientras se desarrolla una construcción orientada a las altas clases
medias, se vino produciendo una reestructuración de la vivienda para lo
sectores pobres de la provincia, impulsada desde el gobierno provincial,
a través de la construcción de “barrios- ciudades”, en zonas marginales
de la ciudad, enormemente alejadas del centro y con viviendas de muy
baja calidad. Allí fueron reubicados miles de habitantes de las villas
miserias que se hallaban cercanas al centro. De esta forma esos terrenos
mejoraron su cotización y son algunos de los lugares donde decenas de
torres de departamentos se construyen hoy.
Una fortuna que se cuenta en dólares y en vidas obreras
Pero el “espíritu inversor” encuentra otro aliento en las condiciones
de superexplotación en la que trabajan la enorme mayoría de los
trabajadores de la construcción.
No hablamos sólo de los salarios miserables, sino además de
condiciones brutales de precarización laboral y de higiene y seguridad
en cada obra o trabajo ligado a la construcción o a la extensión de
servicios públicos.
El afán de lucro capitalista impulsa un alza en las condiciones de
superexplotación sobre todo en sectores como la construcción y la
minería: a nivel nacional “los números se muestran positivos y con
tendencia a la baja. En 2007 fallecieron en accidentes laborales 1.020
personas; en 2008 la cifra bajó a 952 y 2009 cerró con 808”.
Hablar de números “positivos” cuando cientos de personas mueren por
año suena a un cinismo total. La cifra es realmente espeluznante. Pero
incluso la cifra misma es falsa. Las estadísticas están conformadas
centralmente en base a las denuncias que se realizan ante las ART, pero
apenas el 50% de los trabajadores en Argentina se halla registrado
dentro de estas instituciones.
En Córdoba el afán de ganancias rápidas llevó no sólo a la muerte de
Estefanía, sino además a la de 4 obreros de la construcción en lo que
va del año. A eso hay que sumarle que se produjeron decenas de
accidentes en los últimos meses en distintas obras que han generado
lesiones e invalidez en muchos casos .
De responsables y cómplices
Como queda en evidencia la búsqueda de una mayor rentabilidad en la
construcción lleva a los capitalistas a dejar de lado toda consideración
por la vida de los trabajadores. Cuentan con ello, con la inestimable
complicidad del estado capitalista.
La municipalidad, a cargo del “soldado de los K”, Daniel Giacomino,
se desligó inmediatamente de alguna responsabilidad en la muerte de
Estefanía. El Secretario de Desarrollo Urbano declaró: “No podemos poner
un ingeniero dentro de cada obra, para saber si el profesional que
contrató la empresa está haciendo bien las cosas”. No obstante, la
Municipalidad sigue emitiendo permisos de construcción en toda la ciudad
para garantizar la expansión de los negocios.
La obra en la que se produjo el accidente había sido inspeccionada
por la Secretaría de Trabajo provincial en 4 ocasiones e incluso
clausurada en abril por ausencia de la bandeja de protección. La misma
Municipalidad había detectado “irregularidades en las normas de
seguridad” pero nada se hizo para impedir que efectivamente se siguiera
construyendo en esas condiciones.
Junto a la complicidad de los estados municipal y provincial hay que
poner en el ranking a la UOCRA. Ante las imputaciones que sufrieron los
trabajadores de la obra por la muerte de Estefanía, salió a anunciar que
presentarán proyectos en el Consejo Deliberante y en la Legislatura
para que se logre la “sanción de normas que resguarden la seguridad de
los trabajadores y terceras personas en obras de alto riesgo” e incluso
propondrá una reforma del Código de Edificación.
Pero en la enorme mayoría de las obras en construcción no existen
delegados ni la conducción de la UOCRA se hace presente, más que
ocasionalmente, a lo sumo para anunciar algún aumento o prima
conseguida, mientras se mantienen el conjunto de las condiciones de
superexplotación y precariedad laboral.
Su mayor denuncia fue contra los “profesionales” que están en la
obra. Según la burocracia que permite cientos de muertes y accidentes
por año, la responsabilidad hay que buscarla en los ejecutores de la
obra y no en las condiciones generales en las cuáles se construye.
Anarquía capitalista y problema de la vivienda
Mientras el negocio inmobiliario se cobra la vida de obreros y
produce tragedias como las que se llevó la de Estefanía, el problema de
la vivienda sigue siendo central para amplios sectores de la población
pobre de Córdoba. Esta cuestión no puede resolverse si el objetivo que
mueve la construcción es el lucro capitalista.
El déficit habitacional sigue siendo enorme en la provincia.
Distintos estudios indican que “que de 359.404 hogares existentes en
Córdoba capital, 173.743 se encuentran en situación de déficit
habitacional: casi un 50% de los hogares”.
Como ya señalamos la “solución capitalista” al déficit viene
implicando una mayor polarización social en la provincia con barrios
privados y condominios para los sectores altos y barrios-ciudades
marginales y de mala calidad para la población pobre.
Para dar una solución de fondo al problema de la vivienda y
establecer condiciones dignas de trabajo para los obreros del sector es
necesario reorientar la construcción en el sentido de resolver los
problemas del conjunto de las masas trabajadores y pobres de la
provincia.
Es necesario imponer una profunda Reforma urbana que empiece por la
estatización del conjunto de los edificios para viviendas. Sobre esa
base es posible empezar a resolver el déficit habitacional. Un informe
del año 2001 señala que “Mientras que entre 1980 y 1991 el número de
casas desocupadas creció un 20% (de 20.472 a 24.218), en el periodo de
1991 a 2001 aumentó un 210% (de 24.218 a 74.331)”.
La anarquía capitalista se expresa en este terreno también. Mientras
decenas de miles de familias no poseen una vivienda digna, viven
hacinados o directamente en la calle existen miles de departamentos y
casas vacías porque no son redituables desde el punto de vista de la
ganancia capitalista. Con la estatización del conjunto de los edificios
de vivienda sería posible otorgar la posesión de departamentos y casas a
esos sectores.
Una profunda reforma urbana implica además una planificación
centralizada de la construcción de nuevas viviendas y de mejoras de las
ya existente, extendiendo por ejemplo, la red de gas natural y los
servicios de agua potable y cloacales. El censo del FONAVi del año 2001
mostraba que en toda la provincia 100 mil viviendas no tenían agua
corriente y más de 400 mil carecían de gas natural. El mismo
relevamiento mostraba que sólo una de cada 4 casas tenía acceso a la red
de cloacas. Hoy, según lo consigna el diario La Voz del Interior en su
edición del domingo 12/9, el porcentaje de casas con acceso a la red de
cloacas alcanza apenas al 45% de la provincia.
Sólo un plan de obras públicas, controlado por las organizaciones de
los trabajadores y por comités elegidos por los habitantes de cada
barrio y localidad, puede definir los pasos efectivos para dar solución
a estas demandas insatisfechas que ni las empresas ni el estado a su
servicio es capaz de solucionar y establecer condiciones dignas para los
trabajadores de la construcción.
2 - http://www.elinmobiliario.com
3 - Los Andes, 30/04/10
4 - En el año 2004, según informaba El Dipló “Las pésimas condiciones en que se trabaja en el país provocan enfermedades invalidantes que alcanzan números aterradores. Así, en la construcción y en la minería el 65% de las jubilaciones que se otorgan son anticipadas, por causa de invalidez”. Estos datos no parecen haber variado demasiado dadas las actuales condiciones de trabajo.
5 - Hoy la universidad. 18/05/08
6 - Ídem
A pico y pala habian llegado hasta la coqueta nueva cordoba, construyendo los edificios rápido, de modo que no se deprecie la soja de los ansiosos compradores de departamento. Tan anonimos como cualquier hombre de casco amarillo, el policia se acordaba de un nombre, solo de casualidad cuando encaro para las cámaras. La noticia es el milagro de la señora que se salvo cuando pasaba, mientras un pie de borceguí en el medio de la mezcla de cemento endurecida adorna la tapa del diario de la región y despierta la bronca de los quienes podrían haber vivido la misma caída al vacío, quienes pueden vivirla en cualquier momento, de los iguales de Héctor y Ariel que cayeron de un piso octavo, sin remedio. Así crecen los monstruos de ladrillos calculando la muerte obrera entre un debe y un haber. Dos hombres que venían de Santiago, huyendo de la miseria de tierra devastada, a la rica Córdoba, donde hay trabajo, trabajo esclavo, aplastado por la bota del patrón.
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