sábado, 3 de noviembre de 2012

Apuntes sobre la coyuntura política de Jujuy y las tareas de la izquierda revolucionaria.

Posteamos en este caso a los compañeros del PTS de Jujuy y estos apuntes sobre la situación política en esa provincia. 
 
 
Por Gaston Ramírez
 
Desde el lanzamiento electoral de la Tupac Amaru , a “cancha llena” junto a los funcionarios de la colisión kirchnerista, “Unidos y Organizados”, se agitó todo el arco de los partidos patronales. El primer grito lo pegó, “Don” Gerardo Morales, que al “tin tin” de su cacerola, volvió a exigirle a Fellner “orden en las calles”. El gobierno no se tardó, y ordenó una feroz represión, el mismo día en que el PJ festejaba la lealtad al peronismo. Nada más contrario aquella gesta histórica que supieron dar miles de trabajadores y pobres urbanos contra la proscripción del régimen infame. En el Barrio Malvinas fueron 16 hs de “palos y balas” de la policía, más de 100 los detenidos y decenas los vecinos heridos por oponerse a las instalaciones de la empresa de energía EJESA que causa terribles daños a la salud. Al otro día, el gobierno ratificó la represión y lanzó un grito de guerra a todos los vecinos que calificó de “inadaptados”. Hace dos meses, en el suplemento N°2 de LVO – Jujuy, advertíamos que “Fellner avanza en la judicialización de los que lucha. La UCR la pide”. A decir verdad, nos quedamos cortos…
Pero aquellos que más bien, se mostraban preocupados por los “costos electorales” para el PJ que le puede implicar la Tupac , fueron superados por los mismos acontecimientos, que irrumpieron en un supuesto apacible escenario pre electoral hacia el 2013. Por un lado, la brutal represión policial; y por el otro, la firme decisión de resistir de cientos de jóvenes, mujeres y trabajadores de Malvinas que pusieron el cuerpo en las calles cansados de los atropellos y el desprecio por sus vidas de las empresas y el gobierno.
 
El gobierno K en Jujuy asume el mandato de orden y represión contra los que luchan
 
La mano dura de Fellner, sorprende a algunos que venían acostumbrados a sus mandatos anteriores donde privilegió el diálogo y el consenso, (aunque cuando tuvo que reprimir no dudo en hacerlo y su policía mató en 2003 a los compañeros Cuellar e Ibañez en Ledesma). Veamos un breve repaso de sus mandatos: durante el primero junto al alicaído menemismo asumió como piloto de tormentas conteniendo a los desocupados con planes. Luego devenido duhaldista acompañó la devaluación del salario y esperó la llegada de Kirchner, para asumir como uno de sus brazos derechos, llegando a ser el jefe de la Cámara de Diputados durante su gobierno y el primero de Cristina. Ahora, en su tercer mandato, se ajusta a las exigencias del momento. Ante las tendencias al agotamiento del modelo K y el “fin del nunca menos”, pretende mediante la represión y el hostigamiento de la Justicia , poner un freno a las aspiraciones y a la acción directa de los sectores más postergados y que menos se beneficiaron durante los años de fuerte crecimiento económico. Estos sectores en la provincia son enormes, más del 50% tiene empleo precario y son miles los desocupados que viven de changas  y 73 mil los que tienen problemas de vivienda. El casi nulo avance del tan anunciado plan “un lote para cada jujeño que lo necesite”, junto a las amenazas de judicializar a todos aquellos que tomen tierras, es un claro ejemplo de concesiones y más de cómo se van terminado los tiempos promesas del FPV jujeño. Pero también de cómo el gobierno pasa a utilizar, cada vez más, el aparato de Estado para imponer su voluntad a favor de grandes empresas como EJESA, las mineras o grandes terratenientes, como sucedió el año pasado cuando la policía mató a tres jóvenes trabajadores -Ariel, Felix y Juan- solidarios con los sin techo, para defender la propiedad del empresario genocida Blaquier.
 
El relato “progresista” que nunca asumió
 
Así, lejos parece quedar el discurso de derechos humanos que desde Nación y La Cámpora , pretendían que asuma el gobierno provincial hace unos meses cuando iniciaron los juicios contra los genocidas. Nuestras advertencias a muchos que se mostraban optimistas, luego del retraso por años de los juicios, no eran solo por los vínculos estrechos entre genocidas como Blaquier. Es savido que Fellner junto a funcionarios del gobierno como el ex Secretario de Turismo y Cultura, Nocetti, que fueron parte de los asesores legales de la empresa. Ni hablar por la defensa de Fellner al ex gobernador Barrionuevo que ordenó la represión del año pasado en Ledesma para salvar las tierras del ingenio. Sino tambien, porque con el objetivo de contener y desviar el proceso abierto con la rebelión de 2011, como planteamos en el reciente número 28 de la revista “Estrategia Internacional”:“… el kirchnerismo desarrolla un “poder formal” por arriba, con un relato progresista “nacional y popular”, pro derechos humanos y a favor de los trabajadores y el pueblo, pero basado en un “poder real” conformado por los “barones” del peronismo (intendentes y gobernadores), la burocracia sindical y las policías bravas, como la Bonaerese como “modelo”.”  
 
El Gobierno, la Tupac y el régimen de dominio
 
En este marco el lanzamiento de la Tupac abre toda una serie de interrogantes electorales. Por un lado, en un escenario de relativa calma de la economía, y cuando el cristinismo no tiene garantizada la sucesión, aparece la especulación sobre el caudal de votos en disputa y los espacios de poder entre el Fellnerismo y otras alas del PJ como la del vice gobernador, Jenefes, y como arreglarían con la Tupac hacia el 2013. El peso y la fuerza de las más de 50 mil personas organizadas a través de la asistencia del Estado Nacional mediante las cooperativas de vivienda, planes sociales, escuelas, colegios, hospitales, fábricas textiles, etc. le permite a los dirigentes de la Tupac tener un fuerte poder propio para disputar “mano a mano” espacios de poder, cargos, legisladores, concejales, etc. y abrirse paso frente al PJ y concertar alianzas electorales. De todo esto, teje y maneje, no podemos descartar duras fricciones y hasta episodios de ajustes de cuentas como acostumbran.
 
Pero por fuera del mero cálculo de los votos, la entrada al sistema electoral de la Tupac implica un cambio importante entre en su relación con el Estado. El presupuesto millonario que todos los meses gira la Nación a esta organización, ya definimos, no es por su denodado oficialismo; en realidad, es al revés. Su adhesión al kirchnerismo es el resultado del financiamiento público. Esta decisión de los K, fue tomada como parte de los mecanismos de contención de miles de pobres y desocupados a través de un proyecto asistencialista a escala que tuvieron que implementar para desviar la lucha por el trabajo genuino y por demandas democráticas elementales como la vivienda, la salud y la educación. A la vez, que su dirección jugó a desgastar, cooptar, expropiar y llegó hasta amedrentar a todos aquellos que luchaban cuestionando los sueldos miserables del gobierno, como fueron los docentes y múltiples reclamos en los barrios pobres. Un importante despliegue a modo de bombero para apaciguar la lucha de clases, lo jugó la Tupac , y en Ledesma actuando junto a la CCC , para desactivar las tomas de tierras a la espera del plan del gobierno a cambio del manejo de tierras y cooperativas.
 
De esta manera, establecieron en los hechos un régimen de gobierno fundado en un pacto entre el PJ y la Tupac , aunque en más de una oportunidad tuvieron roces propios del poder y seguramente los sigan teniendo. Un acuerdo en el cual, la UCR de Morales, entró como socia menor del PJ, quedando luego al mando de la ciudad de San Salvador, a cambio de actuar como una oposición “responsable”. Sólo así de conjunto pudieron garantizar los negocios capitalistas en la provincia posteriormente al 2001 y que los empresarios amasen fortunas durante los años de la recuperación económica.
 
La presentación electoral de la Tupac tiende a integrar aún más a esta organización al Estado, reforzando los mecanismos de control y contención de sus bases, apelando a formas democráticas como es la posibilidad de contar con candidatos propios, aunque en sus propias bases sea muy resistido el manejo verticalista de la dirección. Es así que el régimen de hecho montado por los K en Jujuy, más allá de las tensiones entre la Tupac, Feller y Morales, con la Tupac totalmente integrada como “pata izquierda” del régimen bonapartista conservador de Fellner y Jenefes, va a intentar perfeccionar los mecanismos de control y desvío de la lucha de clases de los más desposeídos. Aunque, esta maniobra de la Tupac, se da hacia el fin del modelo y cuando sectores populares pierden las expectativas y comienzan a emerger a la acción directa, superando muchas veces a las mediaciones reformistas como sucedió en la toma de tierras o en otros casos directamente rechazando su presencia como sucedió con los vecinos de Malvinas frente a la Tupac.
 
Los límites de la mano dura y la contención frente al emerger obrero y popular
 
El intento de Fellner de constituir un gobierno de orden, más “clásicamente feudal” como los de muchas provincias del interior, choca con las aspiraciones de amplios sectores del pueblo trabajador que ven en su acción directa, la única, manera de resolver reclamos como el de vivienda, salud, educación o la cuestión ambiental en los barrios. Pero también, los límites a la mano dura están en los sectores ocupados, como vimos en Salta con la crisis política que se le abrió al gobernador Urtubey luego de la brutal represión sobre los azucareros de El Tabacal. En los ingenios de Jujuy la mano dura difícilmente sea aceptada sin resistencia, porque nos encontramos con un fuerte espíritu combativo y antiburocrático que se expresa en el despertar de los obreros, las mujeres y familias, tal como vimos en la huelga de 16 días en La Esperanza, y posteriormente en la recuperación del sindicato, contra el intento de la patronal que contó con el aval de Fellner para que vuelva la burocracia. Pero es en los cientos de jóvenes y mujeres precarizados, cansados de la prepotencia, los aprietes y la discriminación de la policía de todos los días en los barrios donde se encuentran enormes reservas de combatividad. No es casual, que son quienes vienen jugando un rol de vanguardia en los enfrentamientos con la policía, por eso, la mayoría de los detenidos y lamentablemente, muertos, son menores de 30 años. Estos sectores, también expresan un rechazo a toda forma de regimentación y control clientelar, por eso, el plan de la Tupac de desviar cada lucha que “se les va de las manos” al regimen y contener a traves de cierta espectativa electoral hacia sus candidatos electorales.
 
Organizar ampliamente la bronca y la combatividad de los de abajo contra el gobierno
 
En las acciones y luchas de los más postergados como en el despertar de los azucareros se expresan tendencias profundas que muestran la potencialidad del pueblo trabajador para hacer frente a los gobiernos que reprimen al servicio de los empresarios. De aquí, que una de las tareas de primer orden de la izquierda es preparar un trabajo paciente y sistemático en las organizaciones obreras y estudiantiles que permita ganar fuerza a través de campañas y movimientos amplios de jóvenes y trabajadores contra la represión, la precarización laboral, los derechos de las mujeres trabajadoras y por la cárcel a Blaquier y todos los genocidas, desplegando amplias banderas democráticas y por los derechos de los trabajadores. Las recientes elecciones en la Facultad de Humanidades por fuera de todo el clientelismo del PJ, muestran que también existe un sector de alrededor de 300 estudiantes que votan a la izquierda, que va desde la izquierda reformista-populista hasta la izquierda trotskista del PTS. El año pasado fueron casi 10 mil los votos en toda la provincia para el Frente de Izquierda que presentó la única alternativa independiente y de lucha contra el gobierno y los patronales. Desde allí contamos con un punto de apoyo para desplegar la organización democrática y de bases de decenas de jóvenes que se preparen para confluir con los trabajadores y sectores populares, mostrando así, una alternativa política y de lucha en las calles que entusiasme a cientos y miles. Si se puede. Desde los sectores de vanguardia de la clase trabajadora y la juventud, levantando un programa de exigencia a las directivas gremiales que le dan tregua al gobierno o aquellas que sólo levantan demandas para sus afiliados, para que articulen el frente único, y un programa que de respuestas a todos los reclamos obreros y populares, ganando base en los barrios, para enfrentar al gobierno y a las patronales. El PTS y su juventud en el NOA se proponen encarar este desafío con todas sus fuerzas.

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