Publicado en La Verdad Obrera nº475
Luis Rodríguez tenía 30 años. Murió luego de sufrir quemaduras que
afectaron el 85% de su cuerpo y las vías respiratorias. Su compañero,
Sergio Urquiza, sufrió quemaduras en un 65% y hoy está estable. Fueron
víctimas de una explosión.
Como gran parte de la juventud de Córdoba, Luis dejaba sus horas en
un Call: dejaba su salud mental y física. Tendinitis, problemas de
audición y vista, terribles dolores de columna y espalda; esas son las
enfermedades en los call, vidrieras del trabajo precario que brotan con
el aval del gobierno y las conducciones gremiales.
Luis era parte de ese batallón de 25 a 30 mil jóvenes que todos los
días, incluidos sábados, domingos y feriados, atiende los problemas que
telefónicas, bancos y tarjetas de créditos, dicen resolver por vía
telefónica. Era parte de los miles que no tienen ningún derecho sindical
y que, si se afilian, son despedidos.
Luis y Sergio fueron alcanzados por una llamarada cuando cargaban
combustible en un generador. Nadie sabe si tenían que hacer esa tarea o
si el piso donde ocurrió la explosión, estaba en condiciones. Nadie sabe
si estaban las medidas de seguridad exigidas. Lo que sí saben sus
compañeros y compañeras, que los vieron arder, es que no había
matafuegos, por eso intentaron apagarlos con sus propias ropas y el agua
de los bebederos.
Los empresarios y dirigentes sindicales cómplices de la explotación
dirán que fue un accidente. Se trata de sed de ganancias, contestamos.
Si no había matafuego, era por recortar costos. Si había un cigarrillo
cerca mientras se manipulaba combustible, como dicen algunas hipótesis,
era porque ese trabajo no se hacía en condiciones óptimas ni por
personas capacitadas. Luis falleció por negligencia capitalista.
Ellos ahora son parte de las frías estadísticas del Ministerio de
Trabajo1. En 2010 hubo casi 500 muertes por siniestros laborales y
630.766 casos de accidentes de trabajo, enfermedades profesionales y
accidentes en itinerario al lugar de trabajo.
Construimos un partido para adelantar la llegada de la venganza de
todos los explotados a estos crímenes de la sociedad, el fin del
capitalismo.
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