martes, 26 de mayo de 2015

Hebe, el ayer y el hoy






Leemos en Los límites de la voluntad[1]:


“Convencidos a la vez de su escaso valor simbólico en el clima de ideas todavía fuertemente signado por el “que se vayan todos”, y de su elevado valor institucional para el dispositivo gubernamental, los líderes provinciales peronistas respondieron a la transversalidad tratando simultáneamente de acercarse a las posiciones culturales de Kirchner (…) El acercamiento fue iniciado por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, quien en reunión con sus colegas de otras provincias (…) lo convocó a reconocer la popularidad del Presidente y encolumnarse bajo su liderazgo, y propuso como muestra de ello, sumarse al acto que el gobierno nacional estaba organizando para el 24 de marzo en uno de los emblemáticos centros clandestinos de detención de la dictadura, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)(…)

“En cuanto se difundió la intención de los gobernadores peronistas de participar del acto, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, amenazo con retirar a su organización del evento si esa intención se llevaba a cabo, con el argumento -por cierto aplicable también al presidente Kirchner- de que ellos no habían condenado los indultos de Menem y eran cómplices de violaciones a los derechos humanos en las cárceles de sus provincias. El gobierno nacional reaccionó a las amenazas de Bonafini trasladando el acto del interior de la ESMA a la calle, para que no hubiera accesos restringidos y asientos asignados (…) Como a la vez las autoridades nacional se abstuvieron de objetar el veto de Bonafini dejaron en claro que la participación de los gobernadores peronistas también les resultaba inconveniente” (Págs. (145-146) 

Si los inicios del kirchnerismo fueron los de la ofensiva del discurso progresista contra la “vieja política” y el “pejotismo”, la actualidad es la del peronismo conservador, dominado por la preeminencia de Scioli en la coalición gubernamental, por un ex duhaldista convertido al progresismo como Randazzo y por un general acusado de participar en la dictadura, como Milani. En la misma sintonía, Hebe pasó de un “vandorismo” que servía para impugnar gobernadores y denunciar a los cómplices de la impunidad, al abrazo con Milani y a la reivindicación de CFK como la “superación de Evita”. Fin de ciclo lo llaman.






[1] NOVARO, M.; BONVECCHI, A. y CHERNY, N. (2014) Los límites de la voluntad. Buenos Aires, Ariel Historia.

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