lunes, 25 de febrero de 2013

Apuntes sobre estrategia, teoría y política revolucionaria en Trotsky. Debate con Agustín Santella


Por Paula Schaller



En su respuesta a nuestra crítica, Santella sintetiza desde el título el centro nuclear de su posición: en el Trotsky cuartointernacionalista se habría producido una discontinuidad del marxismo revolucionario. Por fundarse la IV como supuesto "agrupamiento aislado de militantes basados en el prestigio de la figura de Trotski ", plantea Santella que "(...) Se dice que Trotski fue un 'estratega del proletariado', pero en el sentido que realiza una 'reflexión' estratégica. Sin embargo, entiendo que el estratega se vincula con la estrategia como algo práctico. Se debe mostrar la relación entre la reflexión y una estrategia operante en el campo de batalla,  un campo en el que se enfrentan fuerzas reales en una guerra. El punto es precisamente que esta estrategia esta ausente. La producción 'estratégica' del Trotski cuartainternacionalista queda como reflexión. Queda entonces separado de la práctica."
Admitimos este eje como centro de la polémica, y comenzamos.

De campos de batalla, combates y estrategas, (o "el combate hace al estratega")

"El método es el combate" dice Clausewitz y, en esto, coincide con Lenin y Trotsky. A diferencia de la lógica general que aplica Santella, para nosotros es precisamente en los '30 que Trotsky consuma su plena estatura de estratega, desplegando combates políticos y teóricos que muestran su profunda inserción en la dinámica viva del proceso real de la lucha de clases y que contenían, de triunfar, la posibilidad de un curso alternativo al de profundas derrotas que minó al proletariado europeo y lo condujo hacia el fascismo y la guerra. La fundación de la IV en el '38 se inscribe no como aventura-desfasada sino como continuidad de este ciclo de combates previos, como resultado de sus lecciones estratégicas. La IV se fundó como apuesta preparatoria para empalmar cuando el nuevo ascenso de masas permitiera la reversión de las derrotas anteriores y el paso del proletariado a la ofensiva.
Santella quiere hacer de Trotsky un "pensador" situado "fuera de la práctica revolucionaria", pero el Trotsky de los '30 no sólo escribió nuevas páginas en el análisis marxista del Estado y del régimen burgués, sino que lo hizo internado en los combates centrales que definieron el destino del siglo. Por eso sus escritos sobre Alemania, Francia y España son verdaderos tratados de táctica y estrategia revolucionaria. A principios de los '30 en Alemania, ante el peligro inminente del fascismo, peleó por una política de frente único defensivo entre comunistas y socialdemócratas para dotar al proletariado de una orientación que le permitiera mantener posiciones, reagrupar fuerzas y estar en condiciones de pasar a la ofensiva cuando lo permitiera una nueva correlación de fuerzas. Su política combatió la criminal orientación del stalinismo que se negaba a la acción conjunta con la socialdemocracia (que dirigía millones de obreros) y desorientaba al proletariado al minimizar el peligro del fascismo igualándolo con la democracia; poniendo en primer lugar la necesidad de un frente único de masas defensivo, incluyendo la autodefensa militar contra las bandas fascistas y todo un programa de reivindicaciones transicionales (control obrero de la producción, abolición del secreto comercial, etc) para fortalecer al proletariado en la lucha por el poder (ver Trotsky, El frente único defensivo)
El propio Santella, que al final de su post hace una reivindicación de Gramsci (aunque, vale decir, sin precisar exactamente cual), debería reconocer que no hubo revolucionario que diera más peso que Trotsky a la defensa de las "trincheras" conquistadas por el proletariado en la sociedad civil como cuestión central en el combate contra el fascismo, una defensa "posicional" como pre-condición para preparar la futura "guerra de maniobra", como planteó en el año 32: “durante muchas décadas, dentro de la democracia burguesa, sirviéndose de ella y luchando contra ella, los obreros edificaron sus fortalezas, sus bases, sus reductos de democracia proletaria: sindicatos, partidos, clubes culturales, organizaciones deportivas, cooperativas, etc. El proletariado no puede llegar al poder en los marcos formales de la democracia burguesa. Sólo es posible por la vía revolucionaria, hecho demostrado por la teoría y por la experiencia. Pero, para saltar a la etapa revolucionaria, el proletariado necesita apoyarse imprescindiblemente en la democracia obrera dentro del Estado burgués. (…) El fascismo tiene por función esencial y única extirpar de raíz todas las instituciones de la democracia proletaria. ¿Tiene o no este hecho una ‘importancia de clase’ para el proletariado? (...) El punto de partida de la lucha contra el fascismo no es la abstracción del Estado democrático, sino las organizaciones vivientes del proletariado en las que está concentrada toda su experiencia (…)" (Trotsky, ¿Y ahora?)
Precisamente porque Trotsky no analiza "sociológicamente" sino como estratega revolucionario, en Alemania planteó la forma defensiva de lucha no como un fin en sí mismo sino como una premisa para preparar las condiciones de la lucha ofensiva por el poder proletario, "La lucha defensiva consistía en el mantenimiento de las posiciones ventajosas en el teatro de operaciones como forma de preparación para las batallas decisivas, donde necesariamente el proletariado debería pasar al ataque. De la habilidad estratégica para lograr este objetivo dependía la fortaleza táctica a la hora de los grandes combates."  (Ver Emilio Albamonte , Matías Maiello: "Trotsky y Gramsci: debates de estrategia sobre la revolución en 'occidente'") Como todos sabemos, esta perspectiva fue obturada por la nefasta política del stalinismo que abrió camino al ascenso del fascismo, pero ¿qué opina Santella sobre estos combates políticos de Trotsky? ¿Estaba o no a la orden del día la pelea por el frente único en Alemania? ¿Acaso podría sostenerse la imagen de un Trotsky teórico, aislado de la realidad, cuando encabezó la lucha por una política alternativa a la del stalinismo y peleó a brazo partido por la construcción de las corrientes que, aunque en minoría, dieron carnadura a esta lucha como la Oposición de Izquierda alemana? Si esta política triunfaba, era otro el destino de Europa y el mundo en su conjunto, porque la extensión de la revolución proletaria era la única perspectiva de evitar la guerra imperialista, lo que muestra que la estrategia de Trotsky tenía un profundo clivaje en las tendencias reales.
Más adelante, con el frente popular en Francia y España, al que vio como "la cuestión principal de la estrategia de clase proletaria de nuestra época" (Trotsky, A donde va Francia),  Trotsky volvería a manifestar su altura de estratega, planteando una política para combatir la colaboración de clases que impulsaba la burguesía como intento de contener la revolución proletaria. En el caso de Francia, donde en el '35-'36 había concentrado su atención por considerar que allí podía producirse un cambio de la correlación de fuerzas en Europa, Trotsky desenmascaró que el Frente Popular era, desde el punto de vista de la estrategia marxista, lo contrario a la táctica de frente único entendida en sentido revolucionario: “La regla del bolchevismo en lo que hace a los bloques era la siguiente: ¡Marchar separados, golpear juntos! La regla de los jefes actuales de la Internacional Comunista es: Marchar juntos para ser golpeados por separado”. (Trotsky, A donde va Francia), ya que conducía a “frenar el movimiento de masas orientándolo hacia la colaboración de clases… hoy que las masas están impacien­tes y listas a explotar, se ha hecho necesario un freno más sólido, con la participación de los ‘comunistas’… [es] una válvula de seguridad del régimen contra el movimiento de masas”. (Trotsky, A donde va Francia)



Pero no sólo se ubicó desde las coordenadas de la estrategia revolucionaria condenando al Frente Popular como una política de colaboración de clases, que desarmaba al proletariado en el marco del ascenso de las tendencias fascistas,  sino que lo hizo buscando permanentemente el dialogo con las masas y las vías para la emergencia de su actividad revolucionaria, planteando como programa el impulso a los comités de acción que se desarrollaban producto del ascenso huelguístico. Los comités de acción podrían para Trotsky operar el pasaje de la lucha defensiva de las masas a su lucha ofensiva por el poder, superando la política de sus direcciones embarcadas en el Frente Popular: "Tareas tales como la creación de la milicia obrera, el armamento de los obreros, la preparación de la huelga general, quedarán en el papel, Si la propia masa no se empeña en la lucha, por medio de sus órganos responsables. Solo esos comités de acción surgidos de la lucha pueden asegurar la verdadera milicia, contando no ya con miles, sino con decenas de miles de combatientes. Nadie sino los comités de acción, abarcando los centros principales del país, podrá elegir el momento de pasar a métodos más decididos de lucha, cuya dirección les pertenecerá de pleno derecho". (Trotsky, Frente popular y comitésde acción)
Tanto en Francia como en España, donde la política del stalinismo bloqueó la última oportunidad de conquistar un triunfo revolucionario capaz de revertir el camino hacia la guerra, Trotsky combinó una política de denuncia del carácter conciliador del Frente Popular con la búsqueda de las vías para la acción independiente de las masas, jugando las reivindicaciones democráticas un rol central en la movilización de éstas. Así, buscó fortalecer la lucha políticamente independiente de las masas contra el fascismo, única forma de combatirlo, intentando aprovechar audazmente cada coyuntura que posibilitara su fortalecimiento y planteara la perspectiva del paso a la ofensiva estratégica del proletariado en la lucha por el poder.
En España, por ejemplo, detectó esa “coyuntura estratégica” en mayo del ‘37: “Si el proletariado de Cataluña se hubiera apoderado del poder en mayo de 1937, hubiera encontrado el apoyo de toda España. La reacción burguesa estalinista no hubiera encontrado ni siquiera dos regimientos para aplastar a los obreros catalanes. En el territorio ocupado por Franco, no sólo los obreros, sino incluso, los campesinos, se hubieran colocado del lado de los obreros de la Cataluña proletaria, hubieran aislado al ejército fascista, introduciendo en él una irresistible disgregación. En tales condiciones, es dudoso que algún gobierno extranjero se hubiera arriesgado a lanzar sus regimientos sobre el ardiente suelo de España. La intervención hubiera sido materialmente imposible, o por lo menos peligrosa. (…) en toda insurrección existe un elemento imprevisto y arriesgado, pero todo el curso ulterior de los acontecimientos ha demostrado que, incluso en caso de derrota, la situación del proletariado español hubiera sido incomparablemente más favorable que la actual, sin tener en cuenta que el partido revolucionario habría asegurado su porvenir para siempre” (Trotsky, León, la verificaciónde las ideas y de los individuos a través de la experiencia de la revoluciónespañola)
Acá se ha analizado, alrededor de la revolución alemana de 1923 que, a diferencia de la difundida vulgarización de Trotsky como teórico de la “ofensiva permanente”, lo que distingue su pensamiento estratégico es situarse desde el combate, la lucha de clases, para combinar de manera dinámica las formas ofensivas y defensivas de lucha, incluso poniendo tácticamente a la defensiva a las fuerzas revolucionarias en momentos del paso a la ofensiva estratégica como la insurrección. Desde esta lógica propuso al POUM impulsar, junto con la izquierda de la CNT, la constitución de un gobierno obrero en Cataluña “como 'bastión revolucionario' para a partir de su defensa desarrollar la revolución a escala nacional, para alzar desde allí el programa de nacionalización de la tierra y su entrega a los campesinos en todo el territorio español, de la liberación de Marruecos, cuya opresión permitía que Franco lo utilizase como base operaciones, etc. En síntesis, levantar las demandas que el programa del Frente Popular había negado explícitamente para desatar las fuerzas revolucionarias que éste se proponía contener. Sin embargo, el POUM reafirmó su política de 'traición al proletariado en provecho de la alianza con la burguesía' que venía criticando Trotsky desde el año anterior" (Ver Emilio Albamonte , Matías Maiello: "Trotsky yGramsci: debates de estrategia sobre la revolución en 'occidente'")
¿Qué opina Santella de estas grandes lecciones de táctica y estrategia revolucionaria? ¿Había que entrar al Frente Popular en España y Francia? ¿Estaba a la orden del día la insurrección en Cataluña en el '37 como bastión desde el cual extender la revolución a escala nacional?
No podemos discutir con el "Trotsky de los 30" recuperando sólo sus brillantes análisis de los distintos regímenes del Estado capitalista, precisamente porque éstos estuvieron puestos al servicio de precisar en cada coyuntura la táctica a desarrollar en función de la estrategia de la conquista del poder por el proletariado.  Ni el triunfo del fascismo en Alemania, ni el freno del ascenso revolucionario francés ni el triunfo de la contrarrevolución fascista en España eran inevitables de antemano. Trotsky alzó en cada caso un programa para el desarrollo de la revolución proletaria, partiendo de las condiciones específicas de lucha en cada coyuntura.

Una vez más sobre la fundación de la IV, el optimismo estratégico de Trotsky y el fatalismo político de Santella

Dice Santella "Mi proposición acerca de un marxismo aislado en Trotski específicamente se sitúa en la tesis sobre el error de la fundación de la Cuarta internacional". Ahora bien, como en política no existe "el vacío", obligadamente tenemos que preguntarnos ¿opina entonces Santella que Trotsky, en lugar de impulsar la fundación de la IV internacional en base a estas grandes lecciones estratégicas de la álgida lucha de clases, debía permanecer en la III Internacional de los "mariscales de la derrota"? ¿Debía Trotsky permanecer en la III Internacional responsable del ascenso del fascismo, de la derrota de la revolución española, embarcada en la política de los Frentes Populares que preparó el camino a la guerra prefigurando la "unión sagrada" con la burguesía? Si la apuesta por la IV es históricamente invalida por que no se hizo de masas, entonces para Santella no existía otra posibilidad más que permanecer adentro de la IC que siguió siendo dirección de las masas pese a su política contrarrevolucionaria.
Es que en su análisis, Santella directamente liquida la posibilidad de "pelear a la defensiva", haciendo del resultado una fatalidad histórica que lo confirma como situación sin salida. El correlato político de esta lógica, que lleva a hacer fetiche de las direcciones de las masas en tanto tales, es la adaptación política y estratégica a estas. Contrario al método de los fatalistas políticos, Trotsky con la IV hizo una apuesta estratégica para desarrollar una de las posibilidades/potencialidades inscriptas en la situación. Si se impuso la estrategia del stalinismo que obturó estas posibilidades, bloqueando el triunfo de la revolución en Italia, Grecia y Francia a la salida de la guerra y negociando con el imperialismo el orden de posguerra, esto de ninguna manera daba por liquidadas las posibilidades de luchar por una estrategia y un curso alternativo de antemano.
La IV fue de alguna manera una "defensa activa" para prepararse para pasar a la ofensiva cuando la situación general lo permitiese, y efectivamente el pronóstico demostró su anclaje en las tendencias reales una vez que, tal como planteó Trotsky, la guerra motorizó el ascenso revolucionario. Si no se pudo derrotar el verdugo stalinista que bloqueó la extensión de la IV, esto no nirgs ni las posibilidades contenidas por la situación ni la necesidad estratégica de la IV, ya que "la estrategia no puede suspender su trabajo", ni aún en los momentos más adversos como la medianoche del siglo del fascismo y el stalinismo.
Para terminar, nos preguntamos ¿puede reformularse una izquierda del Siglo XXI sin un balance del fenómeno más aberrante del Siglo XX en el movimiento obrero como fue el stalinismo y de las vías para combatirlo? Esperamos que continúe el debate.

1 comentario:

  1. lo que ocurre es que Santella defenestra la fundación de la IV por no ser "de masas" y en esta operación quiere igualar a Trotsky con los marxistas que se limitaban a refugiarse en las universidades...

    Para Santella, que no puede negar al Trotsky de la revolución de octubre, no vale nada aquel Trotsky de la oposición de izquierda, el Trotsky que buscaba permanentemente la fusión con lo mejor de la vanguardia, el dirigente político audaz que buscaba las vías para formar un agrupamiento internacional que le haga frente al estalinismo y evite el enterramiento de la revolución proletaria. esto da cuenta efectivamente de que el suyo es un fatalismo que en definitiva significaba cederle la dirección de las masas al estalinismo

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