Hace unos días señalamos como en Córdoba asistimos a una marcada contradicción entre un régimen bipartidista
de derecha (Mestre-De la Sota) y las tendencias políticas, sociales y culturales que limitan ese derechismo
gubernamental. Esto plantea, potencialmente, futuras crisis de gobernabilidad
para las fracciones políticas burguesas en el poder. Los últimos días agregaron
tela para cortar y seguir analizando la realidad cordobesa.
Noventismo en crisis y control del movimiento
obrero
De la Sota se presentó a
las elecciones como el “candidato que más aprendió”. En esta suerte de parodia
política, lo que en realidad estaba de fondo era el enorme desprestigio
político en sectores de las masas que tenía el Gallego. El intento de
presentarse sólo como “José Manuel” (una remake del “Mauricio” que Macri usó en
Capital) tenía como función política esconder el pasado relativamente reciente
de ataque a los trabajadores y derechismo social y político (“las madres
deberían haber cuidado mejor a sus hijos”).
Si bien De la Sota se
impuso por amplio margen, un componente central de esa votación fue el voto
sojero del interior provincial, donde arrasó a la oposición, mientras que en la
capital, donde se concentra el grueso de la clase trabajadora de la industria y
el estado, el peronismo superó sus mediciones recientes, pero sin remontar la
oposición que tiene en amplias capas de la población.
Una vez en el “Panal”, el
Gallego sacó a relucir sus credenciales de hombre de la derecha peronista: ataque
a los trabajadores y reforma del Código de Faltas entre otras opciones del
menú. Pero lo que estaba claro desde el principio, era la necesidad de imponer
un régimen con elementos preventivos para la emergencia de la clase
trabajadora.
En el post que subimos
hace unos días, señalamos que ese era el rol atribuido a Dragún como “ministro-sindicalista”,
capaz de contener las luchas del movimiento obrero y actuar de “policía
política” general contra los trabajadores. Pero junto con ese mecanismo de
contención, en la provincia se viene perfilando un cierto giro político con el
que se intenta hacer “más presentable” un gobierno que viene de ser la derecha
antipopular. Este elemento es central para poder establecer un régimen con
capacidad de maniobra y contención ante las posibilidades de la emergencia de
las masas.
Hace ya varios meses La
Voz del Interior decía “Sin dinero para tirar para
arriba, José Manuel de la Sota parecía escaso de iniciativa política. Y con un
escenario próximo que implicará fuertes tironeos con los gremios estatales,
necesitaba asegurar cierta armonía en otros flancos. Para eso, se le ocurrió
convocar a los opositores con representación legislativa”. De esa tensión con los trabajadores estatales, surgió la mesa de
negociación con los partidos que tenían representación parlamentaria, donde la
banca del FIT no se sentó nunca, mientras los hacían radicales, juecistas y
demás yerbas, legitimando la política del delasotismo.
Maniobras de recomposición política
Pero además, en las
últimas semanas, somos testigos de un intento de recomposición del régimen
político provincial, con centro en la legislatura. En lo que va del año hemos
visto al oficialismo cordobés tomar una serie de medidas que van en contra de
toda su "tradición". Hace pocos días, De la Sota anunció el envío de un proyecto
de ley destinado a combatir la trata de personas, prohibiendo prostíbulos y
whiskerías, así como endureciendo las penas a los proxenetas. Esta “repentina preocupación”
por combatir la trata de José Manuel, empalma con otra “sorpresa”, como fue el
subsidio de los ex detenidos en cárceles provinciales durante la dictadura,
proyecto que, si bien fue rechazado por los compañeros ex detenidos, intentó
mostrar un perfil “progre” entre los peronistas delasotistas.
A esto le podemos sumar
la aprobación de un protocolo a favor del aborto no punible. Si bien se trata
de una medida a la derecha de la establecida nacionalmente, contrasta con las
decisiones en otras provincias, como Mendoza y La Pampa, que rechazaron lisa y
llanamente la disposición. La última “novedad” reside en la aprobación de una
Ley de “muerte digna”, también más limitada que la nacional, pero igual que la
anterior, contrastando con los valores de la Iglesia, institución de peso
central en la provincia, a la que no dudaron en respaldar cuando los
estudiantes la cuestionaron en las movilizaciones contra la 8113.
Estas maniobras tienen el
objetivo de recomponer parte del desprestigio estructural que tiene el régimen.
Éste, a diferencia del delasotismo del primero gobierno, no se sostiene sobre
derrotas de las masas, sino sobre el conservadurismo social que impusieron años
de crecimiento económico que están llegando a su fin.
El control “sin control”
En estos años, una base
de dominio político provincial fue el rol de la policía, que creció
exponencialmente como fuerza de control
de las calles, tanto frente a las movilizaciones, como contra la juventud de
los barrios humildes. Su importancia en tanto órgano de represión al servicio
del capital es sintomática de los elementos bonapartistas del régimen
provincial. Pero esta situación abre brechas y contradicciones de distinto
tipo. Sin ser una fuerza que “impone agenda” como lo hizo (y lo hace) la
Bonaerense, la policía de Córdoba tiene una cierta autonomía pero, por sobre
todo, está “subida al caballo” por su rol en el esquema de gobierno provincial.
Tanta prepotencia por parte de los policías individuales, expresada en la
enorme cantidad de denuncias por golpizas hacia jóvenes esencialmente, se
desprende de que tienen “rienda suelta” bajo el delasotismo. Este es otro de
los elementos que “hacen ruido” en el régimen provincial.
Tendencias bonapartistas y luchas de clases
Las formas políticas bonapartistas
del primer gobierno de De la Sota, así como antes el de Mestre, se asentaron en
las derrotas de la clase trabajadora. A mediados del 95, como reseñamos, la movilización de los estatales, impone la
renuncia anticipada de Angeloz y la entrada en el gobierno de Mestre padre.
Este descarga, con la complicidad de las direcciones sindicales, un brutal
ataque sobre los trabajadores del estado, como forma de capear la crisis de las
finanzas provinciales.
A fines de los 90 y
principios de la década pasada, 25mil trabajadores de la industria automotriz
pierden sus puestos de trabajo, sin que el SMATA tome una sola medida de lucha.
Primero son las suspensiones, luego los retiros “voluntarios”, luego los
despidos abiertos y masivos. General Motors y Chrysler, dejan la provincia en
pocas semanas. Se produce un ataque en regla contra la clase trabajadora de
estas ramas y las consecuencias sociales las sufren decenas de miles de
familias en toda la provincia.
Sobre esas bases se
sostenían las tendencias bonapartistas del primer delasotismo, que intentó ir
aún más lejos en esta relación de fuerzas con la privatización de EPEC, pero lo
hizo en el momento en que la crisis de las ideas sobre la se forjó el menemismo
era abierta.
Hoy, como ya señalamos la
semana anterior, las tendencias anti-obreras de estos gobiernos están
desfasadas de la relación más general de fuerzas a escala nacional y
provincial. Las maniobras de recomposición política que venimos viendo y que
señalamos más arriba, tiene el objetivo de cerrar esta brecha y mejorar las
condiciones para enfrentar a la clase trabajadora cuando sea necesario
descargar la crisis abiertamente sobre las mismas.
Ordenar ante el futuro desorden
ResponderEliminarLa ley del gobierno de De La Sota es un ajuste (en parte) de un negocio que esta en su manos, el narcotráfico y la prostitucion siempre ha sido manejado por el estado provincial y sus fuerzas armadas, no hay ninguna wisqueria o venta de drogas que no este regulado por el comisario de la zona.
Los elementos (no) novedosos y que tienen un desarrollo en el tiempo, son ,por una parte que en el proceso de recuperación económica desde el 2003, la recuperación del poder adquisitivo y la mayor explotación , expresado en la aumento de la productividad del trabajo potencio el consumo de sustancias ilegales, sobre todo de la cocaína, el consumo febril en el mundo fabril( valga la redundancia) como gran consumidor para sostener una vida intensa de trabajo y un elemento diz tractivo de rápido efecto y la posibilidad de sostener el cuerpo despierto. Dieron una modificación en la forma de producción y distribución de tal sustancia ( esta es una de las mas populares), lo que era antes de producción total en Bolivia y de la cual la argentina proveía los químicos para la elaboración se modifico para instalar y realizar el segundo proceso de elaboración en el país, las famosas cocinas empezaron a parecer en los diarios ya por todos conocidas, la venta se multiplico. Es acá donde comienza el problema que estas leyes vienen a querer solucionar, la gran producción y venta manejada por la policía, jueces y fiscales por arriba, permitió que empezara a dar poder territorial y armamentístico a los pequeños narcos ( la pelea en Juan Pablo II, el fin de semana pasado es el mas claro ejemplo de esto) por otra parte el ingreso de los narcos mexicano con la organización de los Zeta como cabeza principal comenzó a ocasionarles problemas a la misma bonaerense ya que son un grupo de elite preparado para el espionaje y combate especializado que se paso de bando y carcomió a los mismo grandes carteles mexicanos y tomo el mando, bajo su poder hasta centro America y están trabajando en Colombia e ingresando a la Argentina ,su metodología de espionaje y compre de influencias, hacen de esta organización un oponente peligroso para las fuerzas represivas del estado que manejan la trata,la prostitucion y el narcotráfico.
Es en este marco y producto de que lo síntomas de crisis ya se empiezan a vivir, el tablero se mueve, el estado ajusta tuercas para proteger una importante caja y mantener cierto orden social con la poderosa e impune policía provincial.
Estimado. Creo que el punto que marca està bien. Pero, como puse en el post, me da la impresión de que el objetivo de conjunto, es "arreglar" o maquillar el estado cordobés para poder garantizar su capacacidad de fuego y acción, en los momentos en que se pueda producir una mayor irrupción del movimiento de masas, en particular de los trabajadors cordobeses.
ResponderEliminarNo descarto el motivo que UD señala, pero me parece que hay una operación política más de conjunto
saludos y gracias por opinar
Eduardo
Agradezco la respuesta, pero quería aclarar que mi planteo iba solo como un elemento para tener en cuanta dentro de un análisis más global que hace UD, el cual me parece muy asertivo.
ResponderEliminarSaludos cordiales
rodrigo