No queríamos terminar este
domingo sin escribir algunas líneas sobre la política del principal medio de
comunicación gráfico que tiene la provincia. Nadie ignora que La Voz del Interior es parte
central del régimen político de Córdoba y por lo tanto, nadie puede buscar
neutralidad en sus páginas. Si hace unos días escribimos
que De la Sota
logró encolumnar a la Voz
en su campaña en reclamo de los fondos a la nación, este domingo vimos como el
diario más leído de la provincia se convirtió en el vocero de otros grandes objetivos del gobierno provincial.
Relegitimando a los asesinos de la juventud trabajadora
La Voz de este domingo dedica su contratapa a una
nota que lleva sugestivo título de Se
agrega la hipótesis de una sobredosis donde la hipótesis
central que se desarrolla es la desaparición de Facundo Rivera Alegre por un
ajuste de cuentas entre narcos. Lo que nadie puede contestar es porque este
supuesto ajuste haría desaparecer el cuerpo. Como bien señala la madre de
Facundo “la lógica de los traficantes por
lo general es la opuesta. Antes que ocultar, si matan a alguien, buscan que se
sepa, para aleccionar al resto”
Las “pistas” de los “investigadores”
se alejan cada vez más de lo que la madre y sus amigos vienen denunciando, que
es la responsabilidad policial. A esa denuncia y la consecuente pelea venimos
apoyando algunos organismos de DDHH y partidos de izquierda ¿Cómo es posible
que Facundo haya sido golpeado según denunciaron unas jóvenes en un lugar del
centro donde justamente no hay cobertura de las cámaras de seguridad? ¿Cómo
puede desaparecer el cuerpo sin encontrarse ni una sola pista seria hace meses?
La Voz viene a intentar evitar el desgaste de esta
institución que se halla acusada de un sinnúmero de abusos permanentes. Hace
pocos días, la juventud de la localidad de La Falda se rebeló
contra la policía de ese lugar por los constantes abusos que sufren. El
detonante fue la aparición del cuerpo sin vida de un joven que había estado
detenido algunas horas antes. Hoy se vive un virtual estado de sitio en esa
localidad. Los jóvenes no pueden salir de sus casas por la persecución abierta
de la Policía.
Hace unos meses escribimos
sobre los abusos policiales que “Su
importancia en tanto órgano de represión al servicio del capital es sintomática
de los elementos bonapartistas del régimen provincial. Pero esta situación abre
brechas y contradicciones de distinto tipo. Sin ser una fuerza que “impone
agenda” como lo hizo (y lo hace) la Bonaerense, la policía de Córdoba tiene una
cierta autonomía pero, por sobre todo, está “subida al caballo” por su rol en
el esquema de gobierno provincial. Tanta prepotencia por parte de los policías
individuales, expresada en la enorme cantidad de denuncias por golpizas hacia
jóvenes esencialmente, se desprende de que tienen “rienda suelta” bajo el
delasotismo. Este es otro de los elementos que “hacen ruido” en el régimen
provincial.”
Por ese entonces La Voz insinuaba
una política de reformas que sacara las “manzanas podridas” para mejorar la
imagen de la fuerza. Pero el giro de las últimas semanas de De la Sota, con su discurso abierto
contra la juventud y las libertades democráticas, junto a las llamadas leyes de
trata y contra el narcotráfico, le dieron a esta institución mayor poder de
fuego y un espaldarazo. En ese marco, La
Voz aporta a moderar su desprestigio para garantizar una
policía más o menos bien vista cuando hay que “imponer orden”.
El “estado inviable”
En su función de órgano
ideológico del régimen político provincial, La Voz a su vez, habla por las grandes patronales. A
tono con las necesidades de monopolios y oligarquía sojera, este domingo Julio
Perotti escribe
“los dirigentes de Córdoba saben en forma
sobrada que, más allá de sus tiroteos y romances con la Nación, el sistema
previsional debe dejar de ser un barril sin fondo. No hacerlo es empobrecer al
Estado hasta hacerlo inviable”.
Resultaría sorprendente, sino
fuera una confirmación de los intereses detrás de La Voz del Interior. ¿Acaso no le
resulten “empobrecedores” del estado provincial los millones que el mismo regala
en subsidios y exenciones impositivas a las multinacionales? ¿Y los bajos
impuestos que se perciben entre las patronales del campo? ¿No son empobrecedores
del estado provincial las decenas de miles de pesos que cobra cada uno de los
miles de funcionarios del aparato estatal en conceptos de todo tipo?
Para La Voz el estado se puede tornar “inviable”
si sostiene las jubilaciones de quienes aportaron con su trabajo toda la vida
en el terreno de la salud, la educación, la construcción y los servicios en
esta provincia. No hace falta decir que se trata de una clara ubicación al
servicio de este estado provincial que se mantiene como garante de los negocios
de las multinacionales y las grandes patronales ligadas a los negocios del
campo.
Precisamente para hacer que los
trabajadores estatales acepten el “estado viable” es que La Voz presenta las hipótesis de
investigación que lavan de culpas a la policía. Las páginas del centenario
matutino limpian los cañones de cada pistola que apunta potencialmente hacia
los trabajadores.
Ya es un decir que no hay
periodismo independiente. Pero en esa formulación no están planteados los
intereses sociales y económicos profundos que se esconden detrás de las
variantes periodísticas. Precisamente la ausencia de independencia radica en la
subordinación a los intereses de diversas fracciones de grupos capitalistas. La Voz es la vocera, valga la
redundancia, de la provincia gobernada por las multinacionales automotrices y
las patronales del campo, con su personal político de los De la Sota, los Schiaretti, los
Juez, los Mestre y demás.
Hace falta avanzar en poner de
pie la voz de las decenas de miles de trabajadores de esa industria automotriz,
de los miles de la rama alimenticia, del poderoso sector de la clase obrera de
los servicios, como los choferes de la
UTA y los trabajadores de EPEC. Pero también de las decenas
de miles que están por fuera de los sindicatos, hoy dirigidos por una casta
alineada abiertamente con el gobierno provincial y las patronales, de los miles
que trabajan en condiciones esclavas en ese campo cordobés que tanto festeja De
la Sota, de los
miles que trabajan, sufren accidentes y mueren en las obras de construcción, de
aquellos que duermen en los clandestinos talleres de ropa que se hace para marcas
importantes de Córdoba. Aportando a esa voz damos pasos con Giro a la Izquierda. Aún
es un pequeño grano de arena, pero la tormenta del desierto ya empieza a
soplar.