sábado, 1 de diciembre de 2012

Córdoba: brechas políticas, crisis de la burocracia e izquierda clasista




Por Eduardo Castilla

En las últimas semanas volvió a recrudecer la batalla entre el kirchnerismo y el delasotismo a nivel provincial. Desde el desaire (con silbatina incluida a Giorgi en la Renault hasta la denuncia de Lorenzino por la “tasa vial”, las peleas de las camarillas políticas burguesas, se van abriendo en la provincia). Esta pelea se inscribe dentro de dos grandes problemas que afecta la política nacional.
Por un lado la crisis de las finanzas del estado nacional que viene ajustando sobre las provincias desde los inicios del 2012. La “sintonía fina” fue la expresión en fórmula de este objetivo. Las batallas por las Cajas provinciales tuvieron expresión en Córdoba, Buenos Aires y Santa Cruz. En todas estas crisis por arriba se coló la lucha de los trabajadores, golpeando sobre los intentos de ajustes, poniendo límites a los intentos de reducción del gasto público.
El segundo elemento que está detrás de esta crisis, ligado íntimamente al primero y que al mismo tiempo lo agudiza, es la pelea nacional por la emergencia de un polo de sucesión dentro del PJ para ver quién se hace del mando y la conducción dentro del viejo partido burgués. En esta guerra, que tiene múltiples frentes de batalla y algunos pocos candidatos, De la Sota intenta emerger como posible alternativa a la construcción de un polo del peronismo no kirchnerista. En esta tarea, donde Clarín le da su apoyo activo, ya cuenta con otros aliados como Barrionuevo.
La crisis dentro del PJ y los problemas de las finanzas son los elementos que agudizan las brechas por las cuales puede ampliarse la acción del movimiento de masas. El 20N, donde la clase obrera entró en la escena nacional con un parazo, aporta a la emergencia de una subjetivad en el movimiento de masas que pueda, aprovechando estas disputas, orientarse en el sentido de sus propias demandas. 

Calma y “paz social” burocrática

La “ventaja estratégica” de De la Sota radicó, en estos meses, en el rol de completa subordinación que tuvo la burocracia sindical. Ésta, en el conflicto de la reforma previsional, se jugó a una política de negociación entre las alas de la burguesía que, hay que decirlo, estaba condenada al fracaso desde el inicio. El intento de “convencer” a Lorenzino y Bossio de que el gobierno nacional “aflojara” una parte de los fondos que la nación adeudaba a la provincia, tenía el límite de la escasez de recursos fiscales que señalamos antes, así como la interna del PJ.
La ligazón de la conducción de los gremios a las alas políticas del peronismo fue el límite a todo plan de lucha serio. La pelea en las calles y los paros se reemplazaron por las negociaciones de gabinete. Cuando estas fracasaron, la burocracia mantuvo un plan de lucha “de copetín” con acciones en el interior y algunas pocas manifestaciones de escasa (o sea nula) envergadura en la capital provincial.
La política del régimen cordobés, desde la asunción de De la Sota, intentó incorporar al estado a los sindicatos, por medio de la designación de Dragún en el ministerio de trabajo y el ingreso a la legislatura de Pihen. Se trató de un intento de configurar un “estado ampliado” en el cual los órganos de la “sociedad civil” (en este caso los sindicatos burocratizados) fuera la extensión de la dominación ejercida por medio de la “sociedad política”. El doble rol de Ministro de Trabajo y Secretario General de la CGT que ejerce (o intenta ejercer) Dragún expresa esta dualidad de funciones.
Esta integración de la burocracia sindical al estado burgués (que es una tendencia general al decir de Trotsky) cobró mayor peso por el rol de los dirigentes y es lo que explica, en parte sustancial, la inactividad del movimiento obrero de los últimos meses, el triunfo de De la Sota en la reforma previsional y la actitud brutalmente carnera de la misma CGT en el paro del 20N. Después de esta gran acción del movimiento obrero que, en Córdoba, tuvo menor peso que en Buenos Aires, pero así y todo se expresó con fuerza, la burocracia de los gremios estatales se vio obligada a un tibio giro y llevar adelante la medida de este viernes 30/11 para intentar relegitimarse ante sectores de los trabajadores. 

Crisis de la burocracia y oportunidades para la izquierda

En este marco, las dos semanas que pasaron dejaron la huella de algunas peleas sintomáticas de las posibilidades que se empiezan a abrir para la izquierda revolucionaria en el movimiento obrero. Evidentemente el 20N puso en escena para millones la relación entre la izquierda y franjas del movimiento obrero, como se vio en los piquetes que se transmitieron por todo el país. El rol de los partidos ligados al sindicalismo de base fue central para la existencia misma de los cortes que le dieron parte de la fisonomía al paro. Además, la izquierda empalmó con el sentimiento de millones que querían parar y no lo pudieron hacer por el rol de las burocracias ligadas al oficialismo.  
Esto abre una nueva situación en el país, donde la izquierda puede seguir desarrollando su influencia. Córdoba empieza a ser parte de esta situación y la ubicación oficialista de las burocracias centrales colabora a que las peleas de la izquierda, como oposición dentro del movimiento obrero, ganen notoriedad.
Así lo vemos claramente en el SMATA, donde el PTS es parte de la pelea que se libra contra el fraude que llevó a cabo la burocracia de Dragún. Este fraude intenta barrer a los sectores de oposición que existen en el gremio metalmecánico y que, tendencialmente, pueden ser alternativa a la conducción en momentos de crisis que conlleven ataques sobre los trabajadores. La historia tiene sus repeticiones parciales y en este caso, se repite el ataque que se hizo contra nuestro compañero Hernán Puddu en el 2009 cuando se lo expulsó del SMATA por haber apoyado activamente la lucha de los trabajadores contratados de Iveco. El fraude en VW sigue el mismo patrón de combate por parte de la burocracia.
Pero esta campaña tiene ya una importante repercusión en los medios de comunicación y en el interior de la planta como se señala en esta entrevista, poniendo a la defensiva a la burocracia sindical y generando un enorme apoyo que llega a sectores del arco progresista provincial.
Por otro lado, la importante repercusión que tuvo el corte que llevaron adelante los docentes agrupados en Docentes D-Base, logró una enorme simpatía de sectores de la oposición docente. Ese corte, que fue ampliamente reflejado en los medios (ver acá, acá y acá entre otros) evidenció la gran disposición que había entre los docentes cordobeses a parar el 20N contra el gobierno nacional, a pesar del rol carnero de la conducción K. Esta bronca contra la burocracia empujó a una menor adhesión al pero, pero al mismo tiempo, le dio aire político al corte señalado.
Es evidente que la ubicación a la derecha de las burocracias sindicales que no toman las demandas de grandes franjar de trabajadores, amplifica un espacio para la acción ofensiva de la izquierda, a condición de superar todo rutinarismo en la práctica cotidiana, escapando a actuar sólo en los escenarios que monta el régimen. El corte que llevamos adelante, así como la enorme campaña de denuncia a VW, ponen en evidencia la posibilidad de la izquierda clasista de emerger en esta situación en el terreno político, ampliando las posibilidades de construcción de corrientes militantes.
Pero además, en la Córdoba del trabajo precario y las muertes obreras en la construcción, hay que superar la división que impone, de hecho, la actuación en las organizaciones sindicales.  Éstas, por sus características, no abarcan más del veinte al veinticinco por ciento de la clase obrera, y esto con predominio de sus capas más calificadas y mejor pagadas” (acá). De ahí la pelea, también central, de la Juventud del PTS por los derechos de la juventud trabajadora, denunciando a Dragún como el ministro del Trabajo en Negro, cómplice de las diez muertes de trabajadores en la construcción en el 2012, cuya última víctima, Franco Fraciolo, despertó el odio y la indignación de sus compañeros que enfrentaron con palos y golpes a la podrida burocracia sindical de la UOCRA.
La unidad de estas batallas es parte de la tarea de hacer emerger una izquierda en el movimiento obrero cordobés que, en la medida en que la situación se desarrolle a izquierda se vuelva un factor de desequilibrio y peso, cuya importancia deberá ser evaluada, como bien señala Gramsci, por la eficiencia real del partido, en su fuerza determinante, positiva y negativa, en haber contribuido a crear un acontecimiento y también en haber impedido que otros se produjesen”.

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