Por Eduardo Castilla y Nicolás del Caño
Con el acuerdo firmado por poco más del 25%
y el llamado a un paro el miércoles de la semana que viene, Moyano retrocede
claramente de la acción que venía impulsando. Cambia una medida de fuerza de
acción directa por una pelea política que puede transformarse en campaña, ir
acompañada de movilizaciones, pero donde la lucha hasta “imponer sus
condiciones” al enemigo, queda postergada en el tiempo.
Como dijo
Schmidt ayer "Si se abre la posibilidad de diálogo puede
haber posibilidades de solución", poniendo de esta
forma la pelea en el terreno del régimen político, tendiendo un puente a la
negociación con el gobierno. De este modo confirma lo que ayer escribimos
“Precisamente su carácter de oposición
burocrática le impide tomar verdaderamente las demandas de sectores más amplios
de la clase trabajadora y el pueblo pobre, aunque en su discurso de anoche haya
hablado de los docentes, denunciado los pésimos salarios de los trabajadores de
comercio y atacado el trabajo informal. La burocracia sindical, en tanto casta
privilegiada y policía política del movimiento obrero en su conjunto, no puede
tomar más que parcialmente estas reivindicaciones y siempre quitándole todo el
filo posible”
No sólo fue incapaz de tomar las
reivindicaciones de sectores más amplios de los trabajadores, sino que incluso
no llevó hasta el final su propio programa (aumento del 30%) y terminó
negociando por mucho menos. A pesar de que mantenga el reclamo de terminar con
el impuesto a las ganancias y convoque a paro y movilización para la semana que
viene, es claramente un freno a una acción verdaderamente contundente que
estaba poniendo al gobierno frente a un desafío central.
Las
razones del retroceso
Cuánto jugó la interna de la burocracia
sindical es todavía una incógnita. Hasta el momento, sólo pudieron hacer hablar
a ultra alcahuetes como Andrés
Rodríguez o Yasky a favor del gobierno. La realidad es que Moyano toma un
tema que toca a cerca de 2.5 millones de trabajadores. Si bien, como correctamente
señala Paula Varela acá se
trata de un programa elitista, al mismo tiempo la da una relativa base en los sindicatos,
lo que dificulta al conjunto de los burócratas enfrentar a Moyano. En la medida
en que transcurran los días iremos viendo como aparecen nuevos dirigentes
oficialistas “de oficio” (ayer menemistas, hoy kirchneristas) a atacar la
medida de fuerza del miércoles.
Por otro lado, por lo que señalan algunos
medios, parece haber jugado la interna al interior del mismo pejotismo. Acá
se dice que “Moyano cuenta con una ristra
de mandatarios que han padecido sus avasallantes métodos. Los intendentes
conurbanos, constantemente jaqueados por la recolección de residuos, son el
ejemplo más conspicuo, que no el único”. Por otro lado, en esta
nota se agrega que “Los municipios van a
abroquelarse en defensa del gobierno nacional porque de algo hay que vivir, y
mientras no haya, y no lo va a haber, un alineamiento de Scioli con Moyano, lo
mejor es esperar a que todo termine lo más rápido posible”
Los intendentes del PJ pueden haber jugado
un papel, en el marco de que dependen de la caja y el bonapartismo fiscal de
CFK. Un escenario de desabastecimiento y crisis los golpeaba directamente. De
allí que seguramente estuvieron en la vereda del frente al moyanismo.
Un poder
de fuego controlado
Pero al mismo tiempo, Moyano demostró su
poder de fuego. Es decir, demostró el poder que tiene un sector central de la
clase trabajadora. Abrió una crisis y la cerró. Como se dice acá
“Es cierto que Moyano levantó el
pie del acelerador pero como decimos más arriba su poder de daño quedó
demostrado con los bloqueos”
Por más que el gobierno se muestre
triunfador, la realidad es que el retroceso de Moyano no es resultado de la
fuerza del gobierno, ni la “clara ubicación” de los dirigentes políticos K como
Mariotto o Berni, sino la decisión de la misma conducción de Camioneros.
El breve episodio de acción directa y confrontación
abierta abría una escenario donde otros sectores podían tomar la posta como, por
ejemplo se vio en pequeño acá,
lo que podría generar una situación donde el reclamo se volviera motor de
movilización de franjas más amplias, obligando incluso a burocracias
recalcitrantes a tomarlo
como un reclamo activo.
Este escenario de tendencias a la acción directa más de
conjunto se cerró con el acuerdo de Moyano. Como se señala acá
“La convocatoria a la jornada de protesta
con paro y movilizaciones, proyectada en principio para el miércoles próximo
desde la CGT, es también dura, pero carece del dramatismo que hubiera tenido si
empezaba hoy, cuando todavía había largas colas de automovilistas ansiosos por
conseguir nafta.”
Oposición política y
oposición social
Pero al mismo tiempo, la
acción de Moyano y el llamado al paro del próximo miércoles, abren un escenario
donde un sector importante de la clase obrera pasa a la oposición política al
gobierno. De ser oposición social en una innumerable cantidad de conflictos,
pega un salto hacia una pelea abierta con el gobierno.Como ya se ha señalado,
esto se hará con el objetivo de aportar a reconstruir una alternativa política
patronal que tiene hoy muchos límites.
Pero eso no quita que el escenario
abierto sea favorable para el desarrollo de corrientes político-sindicales al
interior del movimiento obrero. Corrientes militantes que tienen que tomen en
sus manos la pelea por el programa que enarbola Moyano, pero al mismo tiempo
luchen por todas aquellas demandas que no entran en el pequeño costal de la
burocracia sindical, como el fin del trabajo en negro y la precarización
laboral, el derecho a la vivienda digna de millones, el salario igual a la
Canasta Familiar, entre otras demandas.
En el escenario político
que parece abrirse, se plantean mejores condiciones para llevar adelante un
política que vaya en este sentido, manteniendo una clara posición política
independiente de todas las alas de la burocracia sindical, por más que hoy
pasen a la oposición y enarbolen un discurso de denuncia de todos los males que
sufre la clase trabajadora. Avanzar en ese camino es parte de las tareas que
tiene por delante la Conferencia Nacional de Trabajadores del PTS.
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