Hoy, después de
5 días habló CFK. El cinismo del discurso no tiene comparación. Mientras la
familia de Lucas repudiadaba
el comunicado de Garré, Cristina la ponía a su lado para respaldarla.
Cristina quiso
hoy ser la víctima. Lloró a cada momento. Invocó el dolor. Dijo que sabe lo que
es la muerte. Pero no sabe lo que es la muerte por negligencia capitalista. No
sabe lo que es la muerte por culpa de empresarios deseosos de obtener más y más
ganancias, por culpa de sus amigos, los funcionarios políticos como Schiavi y
De Vido.
Hoy todos
sabemos lo que es la muerte en Argentina. Es la muerte de los 51 que se fueron
ese día en la Estación
de Once. Es la muerte de los 17 que fueron asesinados en protestas sociales en
el último año, por las fuerzas represivas del estado nacional y de los estados
provinciales, todos aliados al gobierno nacional. Es la muerte de Mariano
Ferreyra, asesinado por la patota de Pedraza y Pablo Díaz, que unos días antes
estuvo en un estadio aplaudiendo a rabiar a Cristina y Moyano.
Hace unos días decíamos
que el silencio de Cristina era para evitar que las crisis cayeran sobre
ella.
Ahora Cristina
se pone al frente. Ordena a la tropa, imparte las órdenes. En resumen, corona
un régimen político basado en el cinismo. En todo caso los exabruptos y
brutalidades de Garré y Schiavi, encuentran su punto cúlmine en el discurso de
Cristina.
Hoy, una vez
más podemos poner un signo igual entre cristinismo y cinismo.
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