Reposteamos lo escrito por diversos compañeros sobre esta cuestión. Para ir a las notas, seguir los hipervínculos de los títulos.
El linchamiento, la patria y el otro
Fernando Rosso
@RossoFer
La literatura argentina, afirma David Viñas, “emerge
alrededor de una metáfora mayor: la violación. El Matadero y Amalia, en
lo fundamental, no son sino comentarios de una violencia ejercida desde
afuera hacia adentro, de la ´carne´ sobre el espíritu”. Era la
metáfora literaria del miedo a la “barbarie”, actuando con toda su tosca
materialidad sobre los cuerpos de la “civilización”.
Los discursos
políticos y periodísticos del presente argentino emergen sobre un hecho
bárbaro y que no tiene nada de metáfora: el linchamiento. La presunta
“civilización” ejerciendo la violencia colectiva y cobarde sobre los
cuerpos individuales de la supuesta “barbarie”.
Los linchamientos y sus usos (propagandísticos-políticos)
Publicado: abril 3, 2014 de Demian Paredes en 2014, Actualidad, Debates, FFAA, Juventud, Kirchnerismo, Movimiento Obrero, Peronismo
1.
Desde el caso del joven David Moreyra, asesinado en Rosario, los medios dan cuenta estos días de diversas persecuciones a delincuentes (y no-delincuentes), apaleamientos y linchamientos como el de Rosario. Uno de los últimos casos conocidos fue el de “¡No lo linchen, soy Romano!” (aunque ahora que quedó libre por falta de antecedentes… el actor se queja); y así siguiendo… ¿Qué ocurre? “Simplemente”, que la campaña (cuasi permanente) de los medios de “comunicación” acerca de “la inseguridad” caló hondo,
y ahora surgen “vecinos”-“ciudadanos” que pretenden hacer “justicia por
mano propia” contra “los delincuentes”. Ya el escritor Hans Magnus
Enzensberger a comienzos de la década de 1960 señalaba –en su libro Política y delito– que “El criminal, en el sentido tradicional de la palabra, como sigue vigente en el ejercicio judicial, pertenece al archivo mitológico del presente. Hace tiempo que adoptó los rasgos de una figura retórica. Ocupa un lugar en nuestra fantasía que ya
no es compatible con su significación real ni con la de sus actividades
y que ya no es justificable por lo efectivo de su existencia.”
Y agregaba “Por asombroso y enigmático que siga siendo, ¡cuán
apasionadamente nos preocupa y con qué enorme aparato nos aprestamos a
atacarle! Goza de una popularidad absurda. De los titulares de
nuestros periódicos se deduce que un simple caso de asesinato nos afecta
y conmueve más el ánimo que una guerra que tenga lugar a cierta
distancia”.
Los linchamientos a presuntos delincuentes se han extendido
nacionalmente no solo en los barrios altos como Palermo sino también en
zonas pobres como Laferrere. Expresa un elemento importante de
descomposición social tanto por las causas que generan el crimen (la
miseria y la marginalidad a que es sometida todo un sector del pueblo
pobre) como de las respuestas de los “buenos ciudadanos” que se arrogan a
si mismos el derecho al castigo. Hay que decirlo claramente, los
linchamientos son un brote fascista, que apunta contra los más pobres y
le reclama a sus amos (la burguesía y su Estado) que tengan mano dura.
Los linchamientos solo pueden alentar el gatillo facíl, la represión a
la juventud, el discurso derechista que pide endurecer las penas y por
ende la impunidad de las mafias policiales que manejan la delincuencia
organizada del narcotrafico, la trata de personas, el robo de
automotores y cuanto delito rentable puedan explotar. Por lo dicho
anteriormente es una manifestación de la descomposición del aparato de
Estado no solo de sus fuerzas represivas sino también de su componente
político burocratico completamente ganado por la corrupción.
Lo que no se habla de los linchamientos
03 Apr 2014
Por: Octavio Crivaro
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