Leticia Celli
En Córdoba nos ha vuelto a estremecer en
los últimos días un nuevo femicidio, el de Silvana Córdoba,
trabajadora del hospital Neonatal. Este no puede pasar como un caso más,
porqué Silvana es la segunda víctima de Carlos Molina y la demostración más
brutal de cómo son tratadas por el Estado las mujeres en esta sociedad, aún
después de muertas... "Arrebato pasional" que le ocasionó
"emoción violenta" fue lo que dijeron los jueces en la sentencia por
el primer femicidio, el de Elsa Cano, por el que este gusano estuvo preso sólo
dos meses...
Sorda la in(justicia) que no escuchó a los familiares del Elsa
en el juicio, quienes atestiguaran contando la violencia previa que sufrió por
parte de Molina: "Que recuerda que su madre le dijo que ella no
iba a dormir a lo de Molina porque él tenía un cuchillo bajo el colchón y le
daba miedo...", relató su hijo durante el juicio en 2012. En cambio si
escuchó argumentos machistas increíbles como "el hecho de que su señora
cuestionara su imagen como hombre, desarticuló las defensas habituales...que
habría facilitado la actuación de los impulsos..." para
terminar sentenciando que el "delito atribuido se encuentra encuadrado
en la dinámica psicogenética del arrebato pasional en este
caso compatible con la figura médico legal de emoción violenta a
partir de un desarrollo emocional como terreno predisponente, se produce
una reacción aguda frente al estímulo cargado de
significación". "Reacción aguda" fue para estos jueces que
este femicida le diera cinco puñaladas a Elsa. Veremos que palabras utilizan
ahora para justificar la reacción de haber matado
a mazazos a Silvana.
Mientras la madre de Elsa pide protección para sus nietos
porque el temor que les suscita que Molina esté libre, en el lugar de trabajo
de Silvana, el Hospital Neonatal, preocupados por el destino de los hijos de
ella, piden desesperadamente JUSTICIA!!
Con fotos en mano de ella para no olvidarla. No quieren que le
pase a una compañera más!!
Mezcla de bronca, dolor, odio, impotencia era lo que se
respiraba en la convocatoria que realizaron esos trabajadores el pasado 7 de
Julio en nuestra ciudad. "A las 10.30 en el hall", rezaban los
cartelitos pegados en el nosocomio…
Allí nos hicimos presentes con las compañeras de la Marrón y la
Secretaria de Género del Centro de Filo. Comenzaron a salir, nos pedían que les
ayudáramos a sostener los cartelitos; realmente calaba en los huesos cada
relato o palabra que pronunciaban esas trabajadoras mientras se organizaban
para salir a la calle a cortar media calzada..Iban, venía, buscaban compañerxs
para salir, mientras hacían carteles con enormes fotos de Silvana pidiendo
¡JUSTICIA!
Llamaron a los medios improvisadamente, le avisaron a la policía
para que cortara adelante y luego, sin esperar respuestas de los uniformados,
se lanzaron a la calle sin saber bien qué hacer, pero con una bronca acumulada
que respiraba en el aire del lugar.
"La próxima vez tenemos que hacerlo en el centro, llamar al
resto de lxs familiarxs de victimas de femicidio que son muchísimas...",
"en nuestro hospital ya se suicidaron 2 compañeras mas por ser víctimas de
la violencia de género...", "no podemos esperar más, este tipo
anda suelto y cuantos violentos más por todos lados, te puede pasar a vos, a
mí..."
Mientras esperaban al resto que saliera del hospital, ronda y
pucho de por medio, hablaban, reflexionaban. Cecilia, enfermera del Rawson les
contaba la violencia extrema también contra ellas que significa que su compañera
María Inés esté detenida. “Acá también sufrimos la situación de que una
compañera la llevaron detenida, esposada de adentro del hospital, por
contestarle a un policía, que ni siquiera se sabe para qué están acá...si al
final nos controlan a lxs trabajadorxs..."
Desgarrador escuchar que están preocupadas por los hijos de
Silvana, que no saben con quién estarán, que el padre biológico de ellos es
violento también..." y "encima tuvimos que escuchar en el velorio que
la tía dijera que a los chicos no les faltaba nada, cuando Silvana tenía que
trabajar en 2 lugares porque el padre de los chicos no le pasaba un
peso..."
Mientras caminaban por la calle reflexionaban a cada paso, que
esta primera manifestación fue muy improvisada pero que era el primer paso, que
la próxima la organizarían con más tiempo y la harían en el centro para que
puedan participar otros sectores, pero que no se puede esperar más que hay que
organizarse en el hospital para que no le pase esto a una compañera más.
Intercambio de ideas de aprovechar la Comisión contra la violencia de género
que hay en el hospital, hacer un taller sobre violencia como hicimos, desde la
Marrón y Pan y Rosas, en otros hospitales.
Veremos como sigue, pero de lo que se trata es ver cómo
aprovechamos esa bronca acumulada que empieza a expresarse, con un muy buen
primer paso hoy saliendo a la calle, para avanzar en una organización más
consciente.
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