martes, 29 de julio de 2014
miércoles, 23 de julio de 2014
LEAR ¡Nunca más familias en la calle! por un millón de pesos para el fondo de lucha

la causa de LEAR es cada vez mas popular, el plantel de Belgrano también apoya su lucha
Juan Carlos Olave, Emiliano Rigoni, Guillermo Farré y Esteban "Tete" González, Jugadores del Club Atlético Belgrano de Córdoba, luego de expandir la bandera de Lear en el Clásico Cordobés, mandan un saludo de apoyo a las mas de 200 familias que vienen luchando por la reincorporación a sus puestos de trabajo.
martes, 22 de julio de 2014
De viejos y nuevos dogmatismos (publicado en Ideas de Izquierda 10)
La crisis de las ideas y los intelectuales de la izquierda independiente
Fernando Aiczinzon y Eduardo Castilla
Número 10, junio 2014.
Los intelectuales de la denominada izquierda independiente no
ostentan décadas de trayectoria como figuras públicas, no escriben en
publicaciones masivas ni son conocidos por bestsellers o
irrupciones mediáticas al estilo de las que sus pares liberales o
“nac&pop” practican. De allí que su peso en la esfera pública
burguesa sea casi inexistente y –aunque no sean necesariamente “nuevos”
en tanto intelectuales, ni se ubiquen en espacios ajenos a la academia–
gustan de distinguirse por haberse conformado al calor de la rebelión
popular del año 20011.
En efecto, a lo largo de la década pasada emergió un arco de
intelectuales que tendió a definirse como parte de una “nueva
generación”, y cuyos ejes de articulación fueron su oposición tanto al
intelectual de academia como a la izquierda “vieja” o “tradicional”, a
la que descalifican como ajena a las clases subalternas y sectaria
frente a los procesos que en Latinoamérica expresan los avances del Socialismo del Siglo XXI y el Poder Popular.(completo acá)
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martes, 15 de julio de 2014
El Estado Sionista de Israel. Un proyecto exitoso del Imperialismo
Germán
Sabena
Actualmente (casi) todos estamos al tanto, a través de
la tv o de las redes sociales, de los acontecimientos en Medio Oriente y de la
masacre que sufre el pueblo de Palestina. Muchas veces se tiende a naturalizar
el accionar del Estado israelí y su existencia como país gendarme en la región.
Cabe repreguntarse entonces ¿cómo surgió la idea de aquel Estado? O más bien ¿en
el marco de qué proceso histórico y político se gestó la creación de un estado
genocida que se mantiene desde hace medio siglo?
Estas
líneas se desprenden de una investigación elaborada en el marco de la cátedra
Historia del Mundo Actual de la UNRC y donde se pretende abordar la temática
desde el contexto histórico en el que surgió el proyecto de la creación de un Estado
judío en territorio árabe. Momento por el cual se comenzaba a vislumbrar el
desenlace de las contradicciones propias de la sociedad europea capitalista de
finales del siglo XIX y que luego de las dos grandes Guerras Mundiales, dio
inicio a la ocupación formal del territorio de palestino y la implantación del
Estado de Israel. Que en la actualidad continúa en el proceso de expansión y consolidación
y que resulta, a
mi entender, un posible ejemplo de acumulación
mediante desposesión[1] que ha llevado adelante el
genocida Estado Sionista.
El
sionismo[2] en el contexto del capitalismo
en su fase imperialista
Al
hablar de Sionismo nos referimos al movimiento nacionalista judío surgido en
Europa a finales del siglo XIX, cuya figura principal fue el periodista judío
de origen húngaro Theodor Herzl, en cuyo libro "El Estado judío", editado por primera vez en 1896, se
aglomeran las ideas principales de este movimiento y donde el autor intenta
explicar el fracaso del asimilacionismo, creando el telón de fondo para
justificar la ocupación de los territorios palestinos: “El problema judío existe dondequiera que vivan los judíos en número
apreciable. Donde no existe, es introducido por los judíos inmigrantes. Nos
dirigimos, naturalmente, hacia donde no nos persiguen; nuestra aparición
provoca las persecuciones. Esto es cierto, y lo seguirá siendo en todas partes
hasta que el problema judío no sea resuelto políticamente. (…) Nadie es lo
bastante fuerte o lo bastante rico como para transportar un pueblo de una
residencia a otra. Esto puede hacerlo solamente una idea. La idea de un Estado
posee tal poder. Los judíos no han cesado de soñar, a través de toda la noche
de su historia, este sueño real: “¡El año que viene en Jerusalem!” Es nuestra
antigua frase. Se trata, pues, de mostrar que el sueño puede transformarse en
un pensamiento rutilante.”[3]
Por otra parte intenta justificar por qué Palestina y no otro lugar, donde además deja al descubierto el racismo hacia la población nativa de Palestina y árabe en general, imaginada además como peligrosa barbarie: “¿Cuál elegir: Palestina o Argentina? (…) La Argentina es, por naturaleza, uno de los países más ricos de la tierra, de superficie inmensa, población escasa y clima moderado. La República Argentina tendría el mayor interés en cedernos una parte de su territorio. La actual infiltración de los judíos los ha disgustado, naturalmente; habría que explicar a la Argentina la diferencia radical de la nueva emigración judía (…) Palestina es nuestra inolvidable patria histórica. Su solo nombre sería, para nuestro pueblo, un llamado poderosamente conmovedor. Si S.M. el Sultán nos diera Palestina, podríamos comprometernos a regularizar las finanzas de Turquía. Para Europa formaríamos allí un baluarte contra el Asia; estaríamos al servicio de los puestos de avanzada de la cultura contra la barbarie. En tanto que Estado neutral, mantendríamos relación con toda Europa, que tendría que garantizar nuestra existencia. Respecto a los Santos Lugares de la cristiandad, se podría encontrar una forma de autonomía, aislarlos del territorio, de acuerdo al derecho internacional. Formaríamos la guardia de honor alrededor de los Santos Lugares, asegurando con nuestra existencia el cumplimiento de este deber. “[4]
La
política de Theodor y sus sucesores fue la de aprovecharse del proceso de
expansión colonial imperialista para ocupar progresivamente toda Palestina.
Para ello, precisaban que alguna potencia imperialista se comprometiera con la
causa sionista. Así, su actividad principal fueron las gestiones ante las
diversas potencias europeas, buscando insertar el sionismo como parte de su
política colonial. Ese apoyo vino, en primer lugar, de Inglaterra que tenía
claras pretensiones imperialistas en la región. Las gestiones de Herzl en
Londres fueron bien recibidas, pero Palestina estaba en manos de Turquía. Otro
problema fue que el sionismo no era muy fuerte entre las masas judías. Los que
emigraban lo hacían masivamente para América y muy pocos iban a Palestina. Y
una buena parte de los que quedaban estaban bajo la influencia de los partidos
de izquierda.
Con el
fin de la Primera Guerra Mundial, llegó la hora del reparto de los territorios
que estaban en manos turcas. Para esto Inglaterra se sirvió del movimiento
nacional árabe que había alimentado. Y por otro lado, firma un acuerdo con
Francia, de reparto de la zona, además de firmar la llamada Declaración Balfour
del 2 de noviembre del año 1917, que fue conocida como la "boda"
entre el sionismo y el imperialismo anglosajón. Así pues, podemos observar que Theodor Herzl intentó ubicar al nuevo
Estado como garante de los intereses de la potencia imperialista en la región: “No hay que imaginar la emigración de los judíos en forma repentina.
Será gradual y durarán varios decenios. En primer lugar, irán los pobres y
harán cultivable la tierra; construirán carreteras, puentes, ferrocarriles,
erigirán telégrafos, regularán el curso de los ríos y se construirán, ellos
mismos, sus viviendas de acuerdo con un plan preestablecido. Su trabajo hará
surgir el comercio; el comercio los mercados; los mercados atraerán a nuevos
colonos, puesto que todos vendrán espontáneamente, por propia cuenta y riesgo.
El trabajo que invertimos en la tierra hará subir su valor”[5]
De esta manera, queda
al descubierto que la estrategia planteada por Herzl y el naciente sionismo de
la época, cotejan desde un principio la toma gradual de la tierra y la
paulatina inmigración de judíos europeos, lo que deja en evidencia que la gran
avanzada y la consolidación del pueblo judío en los territorios árabes ya se
encontraba en el imaginario de los nacionalistas sionistas desde mucho antes de
la creación de su Estado.
Por otra parte, resulta importante destacar
la reflexión de otro europeo de origen judío, que estudia la temática desde una
perspectiva marxista. Nos referimos Abraham León[6] que en su libro “Concepción
materialista de la cuestión judía” editado por primera vez en el año 1941, realiza un impecable análisis
sobre el nacimiento del movimiento sionista en relación con el contexto
histórico de la Europa moderna: “El rápido desarrollo capitalista de la
economía rusa después de la reforma de 1863 hizo que la situación de las masas
judías en las ciudades pequeñas se insostenible. En Occidente, las clases
medias, destrozadas por la concentración capitalista, comenzaron a volverse
contra el elemento judío cuya competencia agravaba su situación. En Rusia, la
asociación de los "Amantes de Sión" fue fundada (…) En Francia, el
barón de Rothschild, junto con otros magnates judíos, se oponía a la llegada en
masa de inmigrantes judíos a los países occidentales y comenzó a apoyar la
colonización judía de Palestina. Para ayudar a "sus hermanos
desafortunados" para volver a la tierra de sus "antepasados", es
decir, lo más lejos posible, nada de desagradable para la burguesía judía de
Occidente, que con razón temían el surgimiento de la lucha contra el
antisemitismo(…) Desde sus inicios, el sionismo aparece como una reacción de la
pequeña burguesía judía (que sigue siendo el núcleo del judaísmo), afectados
por la creciente ola de anti-semita, expulsado de un país a otro, y se
esfuerzan por alcanzar la Tierra Prometida, donde podría encontrar un refugio
de las tempestades que sacude al mundo moderno.”[7] Como bien explica éste autor la insoportable situación de las masas judías de las pequeñas ciudades de la Europa occidental, donde las clases
medias trituradas por la concentración capitalista, comenzaron a volverse contra los judíos,
cuya competencia agravaba su situación,
creó el telón de fondo del sionismo,
que surgía como el programa de
un sector de la pequeña burguesía judía y que fue oportunamente aprovechado por la burguesía imperialista
inglesa para posicionarse en la región.
Continuando con el
análisis de Abraham, entendemos que el sionismo ha intentado justificar su
existencia asentándose en una explicación
histórico-religiosa, ya que durante el año 70 después de Cristo, los judíos
fueron expulsados de Jerusalén y ocupada por los romanos. En la Biblia
Jerusalén era considerada la patria de los judíos y ellos habrían sido
expulsados, provocando la famosa Diáspora que termino por diseminar a los
judíos por todo el mundo.
"Mientras que el sionismo es,
realmente, producto de la última fase del capitalismo, o sea, del capitalismo
que comienza a descomponerse, se vanagloria de tener su origen en un pasado más
que milenario. Y si bien el sionismo es esencialmente una reacción contra la
crisis del judaísmo generada por la combinación del desmoronamiento del
feudalismo con la decadencia del capitalismo, afirma ser una reacción contra la
situación existente desde la caída de Jerusalén, en el año 70 de la era
cristiana"[8]En
este sentido, León refuta las interpretaciones idealistas de la historia del
pueblo judío: mientras no hubo intereses económico-sociales reales para el
retorno a Sión, ningún judío se planteó la tarea de volver a la supuesta
"patria histórica", como sí ocurrió con el sionismo a partir de
finales del siglo XIX.
Por
otra parte no debemos dejar de destacar la relación del sionismo naciente y su
relación con los demás nacionalismo europeos de la época, para lo cual este
autor agrega:
“Los
defensores del sionismo lo comparan con los demás movimientos nacionales. Pero
el movimiento nacional de la burguesía europea es consecuencia del desarrollo
capitalista; reflejo la voluntad de la burguesía de crear las bases nacionales
de la producción, de abolir los resquicios feudales. Pero en el siglo XIX,
época de florecimiento de los nacionalismos, la burguesía judía, lejos de ser
sionista, era profundamente asimilacionista. El proceso económico que hace
surgir las naciones modernas lanzaba las bases para la integración de la
burguesía judía en la nación burguesa. Sólo cuando el proceso de formación de
las naciones llega a su fin, cuando las fuerzas productivas dejan de crecer,
constreñidas por las fronteras nacionales, surge el proceso de expulsión de los
judíos de la sociedad capitalista y el moderno antisemitismo. La eliminación
del judaísmo acompaña la decadencia del capitalismo. Lejos de ser un producto
del desarrollo de las fuerzas productivas, el sionismo es justamente la
consecuencia de la total parálisis de ese desarrollo, de la petrificación del
capitalismo”[9]
Queda
claro entonces, que mientras el movimiento nacional europeo resulta ser un
producto del período ascendente del capitalismo, por su parte, el sionismo no
es más que un fruto de la era imperialista. La gran tragedia judía del siglo XX
es una consecuencia directa de la decadencia del capitalismo. Justamente
aquí encontramos el principal impedimento para la causa del sionismo y la
puerta para comenzar a entender la compleja problemática que se vive en
Palestina desde la fundación del Estado sionista de Israel. La decadencia
capitalista, base de la existencia y crecimiento del sionismo, es también la
causa de la imposibilidad de su realización pacífica.
Tanto el proyecto sionista y su proceso de
consolidación, nuevos avances, expulsión de habitantes, deportación de
comunidades árabes y genocidio palestino que ha significado el desenlace de la
historia del Estado sionista de Israel, pueden considerarse en el marco de un
constante proceso de acumulación capitalista por desposesión y que es verdad
que no hay que dejar de lado el concepto de acumulación por explotación, en
este proceso histórico particular adquiere una importancia algo más relevante.
A modo de reflexión.
El sionismo desde su aparición en la última década del
siglo XIX, pasando por la década de los años 60 del siglo XX, hasta la
actualidad, resulta ser un claro proyecto del imperialismo. Proyecto exitoso,
ya que el Estado israelí logró consolidarse como potencia bélica y económica,
en una de las regiones más codiciadas por su ubicación estratégica. Apoyado en
un primer momento por la potencia imperialista inglesa y luego por la potencia
imperialista norteamericana. Un proyecto que, mediante la desposesión,
significó el afianzamiento de las fronteras con la parcialidad árabe, la
obtención de recursos naturales y sistemático exterminio de la población
palestina.
En fin, cabe por preguntarse si ¿es
posible alguna solución que coteje las pretensiones de los palestinos? ¿Si es
posible que el Estado sionista devuelva los territorios ocupados sin un
desenlace bélico? Pues bien, sin tratar de ser pesimistas y observando el
proceso histórico hasta la actualidad, no queda más que esperar la continuidad
de la violencia y la guerra.
[1] Se propone aplicar el concepto “Acumulación por desposesión” del
geógrafo y urbanista norteamericano David Harvey para explicar el accionar del
Estado judío de Israel, en cuanto a su política expansionista en dicho periodo.
Este concepto despierta un interesante debate en lo que refiere a su aplicación
en el proceso histórico de la consolidación del “neoliberalismo” que se puede
consultar aquí. Propongo repensar el concepto para el periodo y el caso histórico en
cuestión.
[2] Tzion, en hebreo, es el nombre de un monte en Jerusalén. En la Biblia,
ese nombre era usado tanto para designar la Tierra de Israel como "su
capital nacional y espiritual", Jerusalén. A lo largo de toda la historia
judía, Sión fue sinónimo de Israel, y la expresión "retorno a Sión"
la bandera del movimiento sionista. El Congreso fundacional de la Organización
Sionista se realizó en Basilea en el año 1897.
[3] HERZL Theodor. (2004) “El Estado Judío” Buenos Aires, Argentina.
Organización Sionista Argentina / Fundación Alianza Cultural Hebrea Pág. 34.
[4] Ib. Ídem. 2004: Pág. 46.
[5] Ib. Ídem. 2004: pág. 60.
[6] Abraham León nació en Varsovia en el año 1918. Durante su juventud formo parte de
la Hashomer Hatzair, ala izquierdista del movimiento
juvenil sionista.
En 1940, luego del comienzo de la Segunda
Guerra, León rechazó el sionismo y se convirtió en trotskista; desde ese
momento fue miembro del a sección belga de la Cuarta Internacional, liderando la lucha
contra la ocupación nazi
y el militarismo
de Winston Churchill. Fue asesinado en el campo de
concentración de Auschwitz por las tropas nazis durante el crudo invierno de 1944.
[7] León, Abraham (1975) “Concepción materialista de la cuestión judía” El yunque. Buenos Aires. Pág. 24
[8] Ib. Ídem pág. 32
[9] Ib. Ídem pág. 36
jueves, 10 de julio de 2014
Lo que la (in)Justicia no ve ni escucha (otro femicidio en Córdoba)
Leticia Celli
En Córdoba nos ha vuelto a estremecer en
los últimos días un nuevo femicidio, el de Silvana Córdoba,
trabajadora del hospital Neonatal. Este no puede pasar como un caso más,
porqué Silvana es la segunda víctima de Carlos Molina y la demostración más
brutal de cómo son tratadas por el Estado las mujeres en esta sociedad, aún
después de muertas... "Arrebato pasional" que le ocasionó
"emoción violenta" fue lo que dijeron los jueces en la sentencia por
el primer femicidio, el de Elsa Cano, por el que este gusano estuvo preso sólo
dos meses...
Sorda la in(justicia) que no escuchó a los familiares del Elsa
en el juicio, quienes atestiguaran contando la violencia previa que sufrió por
parte de Molina: "Que recuerda que su madre le dijo que ella no
iba a dormir a lo de Molina porque él tenía un cuchillo bajo el colchón y le
daba miedo...", relató su hijo durante el juicio en 2012. En cambio si
escuchó argumentos machistas increíbles como "el hecho de que su señora
cuestionara su imagen como hombre, desarticuló las defensas habituales...que
habría facilitado la actuación de los impulsos..." para
terminar sentenciando que el "delito atribuido se encuentra encuadrado
en la dinámica psicogenética del arrebato pasional en este
caso compatible con la figura médico legal de emoción violenta a
partir de un desarrollo emocional como terreno predisponente, se produce
una reacción aguda frente al estímulo cargado de
significación". "Reacción aguda" fue para estos jueces que
este femicida le diera cinco puñaladas a Elsa. Veremos que palabras utilizan
ahora para justificar la reacción de haber matado
a mazazos a Silvana.
Mientras la madre de Elsa pide protección para sus nietos
porque el temor que les suscita que Molina esté libre, en el lugar de trabajo
de Silvana, el Hospital Neonatal, preocupados por el destino de los hijos de
ella, piden desesperadamente JUSTICIA!!
Con fotos en mano de ella para no olvidarla. No quieren que le
pase a una compañera más!!
Mezcla de bronca, dolor, odio, impotencia era lo que se
respiraba en la convocatoria que realizaron esos trabajadores el pasado 7 de
Julio en nuestra ciudad. "A las 10.30 en el hall", rezaban los
cartelitos pegados en el nosocomio…
Allí nos hicimos presentes con las compañeras de la Marrón y la
Secretaria de Género del Centro de Filo. Comenzaron a salir, nos pedían que les
ayudáramos a sostener los cartelitos; realmente calaba en los huesos cada
relato o palabra que pronunciaban esas trabajadoras mientras se organizaban
para salir a la calle a cortar media calzada..Iban, venía, buscaban compañerxs
para salir, mientras hacían carteles con enormes fotos de Silvana pidiendo
¡JUSTICIA!
Llamaron a los medios improvisadamente, le avisaron a la policía
para que cortara adelante y luego, sin esperar respuestas de los uniformados,
se lanzaron a la calle sin saber bien qué hacer, pero con una bronca acumulada
que respiraba en el aire del lugar.
"La próxima vez tenemos que hacerlo en el centro, llamar al
resto de lxs familiarxs de victimas de femicidio que son muchísimas...",
"en nuestro hospital ya se suicidaron 2 compañeras mas por ser víctimas de
la violencia de género...", "no podemos esperar más, este tipo
anda suelto y cuantos violentos más por todos lados, te puede pasar a vos, a
mí..."
Mientras esperaban al resto que saliera del hospital, ronda y
pucho de por medio, hablaban, reflexionaban. Cecilia, enfermera del Rawson les
contaba la violencia extrema también contra ellas que significa que su compañera
María Inés esté detenida. “Acá también sufrimos la situación de que una
compañera la llevaron detenida, esposada de adentro del hospital, por
contestarle a un policía, que ni siquiera se sabe para qué están acá...si al
final nos controlan a lxs trabajadorxs..."
Desgarrador escuchar que están preocupadas por los hijos de
Silvana, que no saben con quién estarán, que el padre biológico de ellos es
violento también..." y "encima tuvimos que escuchar en el velorio que
la tía dijera que a los chicos no les faltaba nada, cuando Silvana tenía que
trabajar en 2 lugares porque el padre de los chicos no le pasaba un
peso..."
Mientras caminaban por la calle reflexionaban a cada paso, que
esta primera manifestación fue muy improvisada pero que era el primer paso, que
la próxima la organizarían con más tiempo y la harían en el centro para que
puedan participar otros sectores, pero que no se puede esperar más que hay que
organizarse en el hospital para que no le pase esto a una compañera más.
Intercambio de ideas de aprovechar la Comisión contra la violencia de género
que hay en el hospital, hacer un taller sobre violencia como hicimos, desde la
Marrón y Pan y Rosas, en otros hospitales.
Veremos como sigue, pero de lo que se trata es ver cómo
aprovechamos esa bronca acumulada que empieza a expresarse, con un muy buen
primer paso hoy saliendo a la calle, para avanzar en una organización más
consciente.

martes, 8 de julio de 2014
La lucha de Lear y la indeclinable debacle del kirchnerismo (notas breves sobre una gran jornada de lucha)
Eduardo Castilla
La gran jornada de lucha nacional que impulsaron los trabajadores de Lear,
junto al Encuentro Sindical Combativo y la izquierda trotskista tuvo hoy una gran
victoria política al poner en el centro de la escena nacional esta enorme lucha
que vienen llevando adelante los trabajadores y trabajadoras de esa empresa.
Para cientos de miles (o quizás millones) de personas, la lucha de Lear se
convirtió en la noticia del día. Primero gracias a los piquetes que, a las 7 de
la mañana, ya mostraban una gran acción en diversas partes del país. Segundo,
como resultado de la represión brutal que desató la Gendarmería en la
Panamericana y la resistencia de los trabajadores, las trabajadoras y sus
familias.
Este triunfo político no es menor en esta pelea. Del otro lado del
cuadrilátero está esa “Santa Alianza” que los trabajadores han tenido que enfrentar
durante décadas en la historia de sus luchas. Esa alianza del poder político,
la burocracia sindical y las patronales en defensa de los intereses económicos
de éstas últimas. Es decir, en defensa de su rentabilidad que tiene, como
variable de ajuste, el salario y la vida de la familia obrera.
Esa alianza tropezó hoy con una piedra de tamaño no menor. Los trabajadores
y trabajadores de Lear, junto a sus familias, a sectores de otras organizaciones
de trabajadores -como las Comisiones Internas de Kraft Donnelley entre otras- y
la izquierda clasista dieron un gran ejemplo de unidad en las calles resistiendo,
además, la represión. Frente a la inacción que evidencian las conducciones
sindicales ante las suspensiones y despidos, que la lucha de Lear adquiera
conocimiento nacional, es un elemento que aporta al proceso de recomposición de
la subjetividad de la clase trabajadora.
En la etapa final del
kirchnerismo, la retórica a favor de los trabajadores va siendo carcomida por
todas partes. Por un lado, el impuesto al salario avanza
sobre amplios sectores de mayores ingresos. Por el otro, la funcionalidad a las
multinacionales imperialistas como Lear o Gestamp significa garantizar los
despidos. Así, el ProCreAUTO y las diversas medidas que lo acompañan, se
vuelven parte de un armado cosmético casi sin efecto. El “modelo” hace agua por
los cuatro costados.
El estado kirchnerista: una
variante del estado menemista
Marx acuño aquella famosa definición del gobierno del estado moderno como “comité
de asuntos comunes de la burguesía”. Engels, algunos años más tarde, la complementó
al afirmar que se trataba de una “banda de hombres armados al servicio del
capital”. Ayer y hoy los conceptos salieron de los libros, bajaron a la vida y
cruzaron por Panamericana y la General Paz.
Allí, la banda de “hombres armados” reprimió brutalmente a los trabajadores
de EMFER y TATSA. Allí, hoy martes, esa misma fuerza se desató contra los trabajadores
y trabajadoras de Lear que, sin embargo, resistieron
junto a los compañeros de otras empresas y los estudiantes. Lejos de un paseo,
las fuerzas represivas tuvieron que remarla.
Pero esta represión está lejos de haber pasado sin ningún costo político para
el gobierno. Si la designación de Milani y el primer intento de ley Antipiquetes
habían significado una crisis con franjas de los sectores progresistas dentro
de la coalición gobernante, una represión desatada sobre familias obreras, en
un contexto de defensa de los puestos de trabajo, parece abrir una crisis en sectores
que responden políticamente al gobierno nacional dentro del movimiento obrero.
Así, en cuestión de pocas horas se conocieron los rechazos a la represión
de la conducción del sindicato del Subte, de UTE (docentes) y de ATE, ambos de
Capital. Todos ellos sectores identificados con el kirchnerismo. Estas condenas
no son un dato menor, sino que expresan las contradicciones profundas de un
sector sindical que, frente a la derechización de la vieja centroizquierda,
optó por apostar al único “progresismo posible”. En esa apuesta no desestimó
aceptar cuestiones que -como se conoce en la jerga política- equivalen a la
ingesta de sapos. La sapofagia tuvo sus hitos en el Proyecto X o en la designación
de Milani, entre otras cuestiones.
Pero reprimir a trabajadores que piden por sus puestos de trabajo tiene un
costo adicional. Implica dejar de lado
la última bandera política de este gobierno y pasarse, sin escalas, a la
defensa de los intereses empresariales. Durante estos días, el Ministerio de
Trabajo de la Nación actuó avalando todas y cada una de las medidas ilegales de
la empresa, como el hecho brutal de impedir la entrada de la Comisión Interna a
la empresa. Pero el pasaje a la represión abierta entraña un salto cualitativo.
En ese salto emergen estas brechas.
Que ésta es la melodía del futuro en el tratamiento del llamado “conflicto social”
–un eufemismo para no hablar de lucha de clases- lo confirma la continuidad
represiva durante dos jornadas hacia conflictos obreros.
La negociación con los fondos buitres, que está en el centro de la agenda
gubernamental, requiere un mayor disciplinamiento social. Las garantías de “seguridad
jurídica” y “sustentabilidad” para invertir no las confiere sólo la voluntad de
pago sino la certeza del control político de las clases oprimidas y explotadas.
A mayor sumisión a los dictados del capital extranjero -aunque se adorne con un
discurso anti-neoliberal-corresponde necesariamente mayor represión interna.
Allí está la experiencia menemista, de la que CFK fue parte activa, para tomar
como referencia.
Macartismo “nac&pop”
La coalición política que vino ejerciendo el poder del estado en la década
pasada prosigue su disolución. Nada lo muestra mejor que la polaridad entre las
posiciones de las conducciones sindicales señaladas antes y las declaraciones extasiadas
de Berni
contra los trabajadores y los diputados del FIT.
Una vez más, el ex carapintada
salió a pedir mando dura y Ley Antipiquetes. Como una suerte de campana que
redobla sin parar, volvió a defender a los “pobres ciudadanos” que “van a
trabajar”. Como si los trabajadores y trabajadoras de Lear no estuvieran
peleando precisamente por esa demanda, la de volver a trabajar. Un cinismo
propio de un represor.
El ataque a los diputados de izquierda –casi un tic en el Secretario de
Seguridad- expresa los límites políticos del kirchnerismo para lidiar con el desarrollo
político de la izquierda y su relación creciente con franjas de la clase
trabajadora. Crecimiento que es proporcional a la debacle de cualquier aspecto
progresista en el gobierno. Los llamados a una especie de remake de “hacer
tronar el escarmiento” contra los diputados de la izquierda evidencian la
imposibilidad objetiva de oponer una salida distinta a la crisis política y
social en curso que no sea el hostigamiento represivo.
Pero la acción de hoy volvió a mostrar –como en el paro nacional del 10A- una
fuerza que supera a la izquierda trotskista, la única con alguna relación con
franjas combativas del movimiento obrero. Esa fuerza es la de una amplia
vanguardia de la clase trabajadora que se concentra en diversos lugares y que
ha venido haciendo una gimnasia en la lucha de clases en los últimos años
contra la burocracia sindical, contra las patronales y, también, como se vio en el corte de
Panamericana del 10A, contra las fuerzas represivas. Esa amplia vanguardia es
la que está en la base del “desafío”
al unicato sindical, no en la simple ampliación del espacio político por la
derechización del kirchnerismo.
La jornada de lucha en apoyo a los trabajadores de Lear ha sido un pequeño
gran test. En la Panamericana hoy se probó el temple de mujeres y hombres en el
enfrentamiento a la represión policial y en las movilizaciones posteriores por
su liberación. Ese temple pasó la prueba y es parte de, si se nos permite el
concepto, el capital acumulado para futuras y mayores batallas. Batallas que
son parte de esa guerra mucho mayor que es la lucha de clases. Esa lucha de
clases que, como dijeron Marx y Engels ha sido y es, el motor de la historia.
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