Posteamos en este caso a los compañeros del PTS de Jujuy y estos apuntes sobre la situación política en esa provincia.
Por Gaston Ramírez
Desde
el lanzamiento electoral de la Tupac Amaru , a “cancha llena” junto a
los funcionarios de la colisión kirchnerista, “Unidos y Organizados”, se
agitó todo el arco de los partidos patronales. El primer grito lo pegó,
“Don” Gerardo Morales, que al “tin tin” de su cacerola, volvió a
exigirle a Fellner “orden en las calles”. El gobierno no se tardó, y
ordenó una feroz represión, el mismo día en que el PJ festejaba la
lealtad al peronismo. Nada más contrario aquella gesta histórica que
supieron dar miles de trabajadores y pobres urbanos contra la
proscripción del régimen infame. En
el Barrio Malvinas fueron 16 hs de “palos y balas” de la policía, más
de 100 los detenidos y decenas los vecinos heridos por oponerse a las
instalaciones de la empresa de energía EJESA que causa terribles daños a
la salud. Al otro día, el gobierno ratificó la represión y lanzó un
grito de guerra a todos los vecinos que calificó de “inadaptados”. Hace
dos meses, en el suplemento N°2 de LVO – Jujuy, advertíamos que “Fellner
avanza en la judicialización de los que lucha. La UCR la pide”. A decir
verdad, nos quedamos cortos…
Pero
aquellos que más bien, se mostraban preocupados por los “costos
electorales” para el PJ que le puede implicar la Tupac , fueron
superados por los mismos acontecimientos, que irrumpieron en un supuesto
apacible escenario pre electoral hacia el 2013. Por un lado, la brutal
represión policial; y por el otro, la firme decisión de resistir de
cientos de jóvenes, mujeres y trabajadores de Malvinas que pusieron el
cuerpo en las calles cansados de los atropellos y el desprecio por sus
vidas de las empresas y el gobierno.
El gobierno K en Jujuy asume el mandato de orden y represión contra los que luchan
La
mano dura de Fellner, sorprende a algunos que venían acostumbrados a
sus mandatos anteriores donde privilegió el diálogo y el consenso,
(aunque cuando tuvo que reprimir no dudo en hacerlo y su policía mató en
2003 a los compañeros Cuellar e Ibañez en Ledesma). Veamos un breve
repaso de sus mandatos: durante el primero junto al alicaído menemismo
asumió como piloto de tormentas conteniendo a los desocupados con
planes. Luego devenido duhaldista acompañó la devaluación del salario y
esperó la llegada de Kirchner, para asumir como uno de sus brazos
derechos, llegando a ser el jefe de la Cámara de Diputados
durante su gobierno y el primero de Cristina. Ahora, en su tercer
mandato, se ajusta a las exigencias del momento. Ante las tendencias al
agotamiento del modelo K y el “fin del nunca menos”, pretende mediante
la represión y el hostigamiento de la Justicia , poner un freno a las
aspiraciones y a la acción directa de los sectores más postergados y que
menos se beneficiaron durante los años de fuerte crecimiento económico.
Estos sectores en la provincia son enormes, más del 50% tiene empleo
precario y son miles los desocupados que viven de changas y
73 mil los que tienen problemas de vivienda. El casi nulo avance del
tan anunciado plan “un lote para cada jujeño que lo necesite”, junto a
las amenazas de judicializar a todos aquellos que tomen tierras, es un
claro ejemplo de concesiones y más de cómo se van terminado los tiempos
promesas del FPV jujeño. Pero también de cómo el gobierno pasa a
utilizar, cada vez más, el aparato de Estado para imponer su voluntad a
favor de grandes empresas como EJESA, las mineras o grandes
terratenientes, como sucedió el año pasado cuando la policía mató a tres
jóvenes trabajadores -Ariel, Felix y Juan- solidarios con los sin
techo, para defender la propiedad del empresario genocida Blaquier.
El relato “progresista” que nunca asumió
Así,
lejos parece quedar el discurso de derechos humanos que desde Nación y
La Cámpora , pretendían que asuma el gobierno provincial hace unos meses
cuando iniciaron los juicios contra los genocidas. Nuestras
advertencias a muchos que se mostraban optimistas, luego del retraso por
años de los juicios, no eran solo por los vínculos estrechos entre
genocidas como Blaquier. Es savido que Fellner junto a funcionarios del
gobierno como el ex Secretario de Turismo y Cultura, Nocetti, que fueron
parte de los asesores legales de la empresa. Ni hablar por la defensa
de Fellner al ex gobernador Barrionuevo que ordenó la represión del año
pasado en Ledesma para salvar las tierras del ingenio. Sino tambien,
porque con el objetivo
de contener y desviar el proceso abierto con la rebelión de 2011, como
planteamos en el reciente número 28 de la revista “Estrategia
Internacional”:“… el kirchnerismo desarrolla un “poder formal” por
arriba, con un relato progresista “nacional y popular”, pro derechos
humanos y a favor de los trabajadores y el pueblo, pero basado en un
“poder real” conformado por los “barones” del peronismo (intendentes y
gobernadores), la burocracia sindical y las policías bravas, como la
Bonaerese como “modelo”.”
El Gobierno, la Tupac y el régimen de dominio
En
este marco el lanzamiento de la Tupac abre toda una serie de
interrogantes electorales. Por un lado, en un escenario de relativa
calma de la economía, y cuando el cristinismo no tiene garantizada la
sucesión, aparece la especulación sobre el caudal de votos en disputa y
los espacios de poder entre el Fellnerismo y otras alas del PJ como la
del vice gobernador, Jenefes, y como arreglarían con la Tupac hacia el
2013. El peso y la fuerza de las más de 50 mil personas organizadas a
través de la asistencia del Estado Nacional mediante las cooperativas de
vivienda, planes sociales, escuelas, colegios, hospitales, fábricas
textiles, etc. le permite a los dirigentes de la Tupac tener un fuerte
poder propio para disputar “mano a mano” espacios de poder, cargos,
legisladores, concejales, etc. y abrirse paso frente al PJ y concertar
alianzas electorales. De todo esto, teje y maneje, no podemos descartar
duras fricciones y hasta episodios de ajustes de cuentas como
acostumbran.
Pero
por fuera del mero cálculo de los votos, la entrada al sistema
electoral de la Tupac implica un cambio importante entre en su relación
con el Estado. El presupuesto millonario que todos los meses gira la
Nación a esta organización, ya definimos, no es por su denodado
oficialismo; en realidad, es al revés. Su adhesión al kirchnerismo es el
resultado del financiamiento público. Esta decisión de los K, fue
tomada como parte de los mecanismos de contención de miles de pobres y
desocupados a través de un proyecto asistencialista a escala que
tuvieron que implementar para desviar la lucha por el trabajo genuino y
por demandas democráticas elementales
como la vivienda, la salud y la educación. A la vez, que su dirección
jugó a desgastar, cooptar, expropiar y llegó hasta amedrentar a todos
aquellos que luchaban cuestionando los sueldos miserables del gobierno,
como fueron los docentes y múltiples reclamos en los barrios pobres. Un
importante despliegue a modo de bombero para apaciguar la lucha de
clases, lo jugó la Tupac , y en Ledesma actuando junto a la CCC , para
desactivar las tomas de tierras a la espera del plan del gobierno a
cambio del manejo de tierras y cooperativas.
De
esta manera, establecieron en los hechos un régimen de gobierno fundado
en un pacto entre el PJ y la Tupac , aunque en más de una oportunidad
tuvieron roces propios del poder y seguramente los sigan teniendo. Un
acuerdo en el cual, la UCR de Morales, entró como socia menor del PJ,
quedando luego al mando de la ciudad de San Salvador, a cambio de actuar
como una oposición “responsable”. Sólo así de conjunto pudieron
garantizar los negocios capitalistas en la provincia posteriormente al
2001 y que los empresarios amasen fortunas durante los años de la
recuperación económica.
La
presentación electoral de la Tupac tiende a integrar aún más a esta
organización al Estado, reforzando los mecanismos de control y
contención de sus bases, apelando a formas democráticas como es la
posibilidad de contar con candidatos propios, aunque en sus propias
bases sea muy resistido el manejo verticalista de la dirección. Es así
que el régimen de hecho montado por los K en Jujuy, más allá de las
tensiones entre la Tupac, Feller y Morales, con la Tupac totalmente
integrada como “pata izquierda” del régimen bonapartista conservador de
Fellner y
Jenefes, va a intentar perfeccionar los mecanismos de control y desvío
de la lucha de clases de los más desposeídos. Aunque, esta maniobra de
la Tupac, se da hacia el fin del modelo y cuando sectores populares
pierden las expectativas y comienzan a emerger a la acción directa,
superando muchas veces a las mediaciones reformistas como sucedió en la
toma de tierras o en otros casos directamente rechazando su presencia
como sucedió con los vecinos de Malvinas frente a la Tupac.
Los límites de la mano dura y la contención frente al emerger obrero y popular
El
intento de Fellner de constituir un gobierno de orden, más
“clásicamente feudal” como los de muchas provincias del interior, choca
con las aspiraciones de amplios sectores del pueblo trabajador que ven
en su acción directa, la única, manera de resolver reclamos como el de
vivienda, salud, educación o la cuestión ambiental en los barrios. Pero
también, los límites a la mano dura están en los sectores ocupados, como
vimos en Salta con la crisis política que se le abrió al gobernador Urtubey
luego de la brutal represión sobre los azucareros de El Tabacal. En los
ingenios de Jujuy la mano dura difícilmente sea aceptada sin
resistencia, porque nos encontramos con un fuerte espíritu combativo y
antiburocrático que se expresa en el
despertar de los obreros, las mujeres y familias, tal como vimos en la
huelga de 16 días en La Esperanza, y posteriormente en la recuperación
del sindicato, contra el intento de la patronal que contó con el aval de
Fellner para que vuelva la burocracia. Pero es en los cientos de
jóvenes y mujeres precarizados, cansados de la prepotencia, los aprietes
y la discriminación de la policía de todos los días en los barrios
donde se encuentran enormes reservas de combatividad. No es casual, que
son quienes vienen jugando un rol de vanguardia en los enfrentamientos
con la policía, por eso, la mayoría de los detenidos y lamentablemente,
muertos, son menores de 30 años. Estos sectores, también expresan un
rechazo a toda forma de regimentación y control clientelar, por eso, el
plan de la Tupac de desviar cada lucha que “se
les va de las manos” al regimen y contener a traves de cierta
espectativa electoral hacia sus candidatos electorales.
Organizar ampliamente la bronca y la combatividad de los de abajo contra el gobierno
En
las acciones y luchas de los más postergados como en el despertar de
los azucareros se expresan tendencias profundas que muestran la
potencialidad del pueblo trabajador para hacer frente a los gobiernos
que reprimen al servicio de los empresarios. De aquí, que una de las
tareas de primer orden de la izquierda es preparar un trabajo paciente y
sistemático en las organizaciones obreras y estudiantiles que permita
ganar fuerza a través de campañas y movimientos amplios de jóvenes y
trabajadores contra la represión, la precarización laboral, los derechos
de las mujeres trabajadoras y por la cárcel a Blaquier y todos los
genocidas, desplegando amplias banderas democráticas y por los derechos
de los trabajadores. Las recientes elecciones en
la Facultad de Humanidades por fuera de todo el clientelismo del PJ,
muestran que también existe un sector de alrededor de 300 estudiantes
que votan a la izquierda, que va desde la izquierda reformista-populista
hasta la izquierda trotskista del PTS. El año pasado fueron casi 10 mil
los votos en toda la provincia para el Frente de Izquierda que presentó
la única alternativa independiente y de lucha contra el gobierno y los
patronales. Desde allí contamos con un punto de apoyo para desplegar la
organización democrática y de bases de decenas de jóvenes que se
preparen para confluir con los trabajadores y sectores populares,
mostrando así, una alternativa política y de lucha en las calles que
entusiasme a cientos y miles. Si se puede. Desde los sectores de
vanguardia de la clase trabajadora y la juventud, levantando un programa
de exigencia a las directivas gremiales que le dan
tregua al gobierno o aquellas que sólo levantan demandas para sus
afiliados, para que articulen el frente único, y un programa que de
respuestas a todos los reclamos obreros y populares, ganando base en los
barrios, para enfrentar al gobierno y a las patronales. El PTS y su
juventud en el NOA se proponen encarar este desafío con todas sus
fuerzas.
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