Por Leticia Celli
Prácticamente
todos los días en Córdoba nos despierta y estremece la noticia de un nuevo caso
de violencia hacia las mujeres, que en doce ocasiones en lo que va del año ya
han terminado en femicidios. Mariana, Rocío, Gilda, Vanesa, pasan a ser números
para el Estado que luego de alarmase por un par de horas -porque la provincia
está en los más altos índices- en la que jueces, policías, funcionarios, etc.
se tratan de lavar las manos, todo el mundo se olvida.
Hace
unos días se ha anunciado por los medios de comunicación que el gobierno
provincial encontró "la solución" para esta problemática;
implementará en los próximos días la entrega de un botón "antipático"
a las víctimas (técnicamente: Dispositivo de Seguridad para
Violencia Familiar), por el cual apretándolo la victima estaría alertando a la
policía de un nuevo hecho para que comparezca al lugar.
Esta
política que no tiene nada de casual y que configura un parche más- con
el que quieren mostrar que hacen algo contra este terrible flagelo- , lo único que
hace es darle mayor intervención a la institución represora (que torturó
doblemente a las compañeras en la época de la dictadura abusando de ellas y
robándoles los bebés) que además tiene entre sus filas a montones de buchones
que están denunciados por violencia "familiar". A quienes les
cantamos en las marchas "policía represor seguro que en tu casa sos un
hombre golpeador" el gobierno les da más poder para "cuidar" de
las víctimas de este terrible flagelo, como para que se sienta más
"segura"...
Pero, este
anuncio pomposo implica además, un peligrosa política por la que el Estado se
dota de un nuevo y enorme instrumento de control social hacia la población,
pues este pequeño aparato tiene un sistema por el cual las fuerzas de seguridad
sabrán donde está la persona que lo posea y accione, y hasta podría grabar sus
conversaciones y permitirá que la policía actúe instantáneamente, es decir le
da más poder a la policía, tal como viene haciendo con todas las políticas para
supuestamente "combatir" flagelos terribles como la trata, el
narcotráfico, etc.
El cinismo
del Estado es enorme, mientras a la violencia hacia la mujer se la disfraza
todo el tiempo de violencia "familiar", "doméstica",
"pasional" etc. como una operación ideológica en la que pasa a ser un
problema "privado", como si socialmente no tuviera que ver la gran
violencia sistemática que ejerce el propio Estado hacia las mujeres (prohibiéndole
por ejemplo abortar hasta a mujeres que han sufrido vejámenes) y la evidente
desigualdad ante la vida que seguimos teniendo las mujeres más allá de los
discursos; ahora le otorga más poder a la institución que históricamente y
actualmente ha torturado y maltratado a las mujeres...sino preguntémosle a las
víctimas como las tratan cuando van a las comisarías a hacer denuncias o buscar
resguardo...
Basta!! La
violencia hacia las mujeres es inherente a este sistema de explotación y
opresión, al que le viene muy bien subyugar doblemente a un 50% de la
población, mientras vamos luchando por derribarlo de raíz, es necesario pelear
por verdaderos subsidios económicos, refugios y oportunidades laborales dignas
para que las mujeres víctimas de violencia puedan salir de ese círculo y
reconocerse como sujeto de derechos por los que hay que luchar.
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