Eduardo Castilla
Desde las 6.30 una gran jornada empezaba a incubarse cuando el compañero
César “Aguja” Quiñones lograba entrar a la planta de Renault, burlando a la
seguridad. Esa que se encarga de cuidar la seguridad de las ganancias
capitalistas. A partir de ese momento, avalado
por una resolución judicial, empezaba una cuenta regresiva hasta el inicio de la
elección de delegados.
La versión cordobesa del gremio moyanista tiene en su haber una historia de
traiciones contra los trabajadores tercerizados de Cargo. Historia que es, a la
vez, la historia de la garantía de los intereses capitalistas, la de la precarización
laboral, los bajos salarios y la tercerización. En esa tradición nefasta se
puede contar la traición a la dura lucha del 2006, cuando la burocracia no tuvo
empacho en apelar a sus patotas para amenazar a los trabajadores aquella mañana
fría de junio, pocas horas después de ser violentamente reprimidos por la
policía de De la Sota.
Esa nefasta tradición se mantuvo por muchos años. El odio crecía, las protestas
eran frecuentes, la bronca contra los supervisores que no podía expresarse en
nada. La necesidad imperiosa de poner un límite a los aprietes patronales era
constante. Frente a ese descontento, la burocracia inventó la “novedad” (con
perdón del término) de los “voceros”: verdaderas estatuas puestas en función de garantizar el control y el temor
entre los trabajadores. Pero la bronca era grande. De allí surgió el llamado a
elecciones. Estas elecciones donde hicieron todo lo que pudieron para dejar fuera
al Aguja, hasta despedirlo. Donde hicieron de todo para elegir delegados
dóciles y controlables. Pero no todo salió como lo habían planeado.
Empieza la pelea
Desde el mediodía se paró el trabajo. Sus compañeros buscan al Aguja en el
lugar en el que espera el horario de inicio de las elecciones. La patronal y la
burocracia lo ven llegar con ojos sorprendidos. Decenas de compañeros lo rodean.
Cantan, gritan, festejan. El Aguja está adentro y todos los planes de una
elección tranquila se empiezan a morir.
La patronal aprieta a los obreros, pero los obreros paran y se unen al que
consideran su delegado de hecho, su vocero. La patronal aprieta pero los
trabajadores no aflojan. El paro en ese sector es un hecho. La producción
empieza a resentirse. Si paraban menos, venían los jerárquicos a trabajar y no
pasaba nada. Pero son suficientes para empezar a causar daño. Son suficientes
para que la patronal no pueda solucionar el problema de inmediato. Con el correr
de las horas entrarán otros trabajadores y llamaran a quienes trabajan por
consultora. Otra muestra patente de la debilidad que impone la tercerización a
la lucha de la clase obrera. Pero la pelea de los compañeros de Cargo ya empezó
y se hace sentir en la línea de producción. La tarde transcurrirá en ese
combate.
Una tensa votación
La burocracia se niega a aceptar al Aguja como candidato. Los obreros se
ponen firmes. Casi sesenta compañeros hacen el aguante al lado de la urna. El paro
sigue y las presiones también. Es una acción ofensiva. No están parando despidos o suspensiones. Están queriendo
imponer su candidato. Un candidato despedido por la patronal y que estaba
afuera de la planta. Cuentan con el aval de una resolución judicial. Saben que
afuera hay piquetes con decenas de jóvenes en dos portones. Y saben, sienten,
entienden que es ahora o nunca. Es por eso que siguen parando y frenando la
elección. Algunos pocos votan. Primero son 3, luego 15. Cuando entra el turno
tarde son aún más. La burocracia impide que voten los contratados, pero permite
que voten los administrativos.
Pero así y todo logra muy poco. Apenas vota el 40% de los trabajadores. No
es una victoria. Es una derrota. Querían elecciones tranquilas. Lograron un
paro y un boicot. Los que no votan son más que los votan al primer “ganador”. Si
la elección se hubiera hecho con el Aguja como candidato, a estas horas sería
delegado. Era eso lo que querían evitar. Ese era el plan desde hace meses. Por eso
el despido, por eso la persecución, por eso la complicidad con la patronal.
Una batalla que recién
comienza
Los que no votaron salen de la planta hinchados de orgullo. Tienen bronca.
No es para menos. Mucha bronca. Pero están contentos. Saben que dieron una gran
pelea. Y saben que esto recién arranca. Que hoy le pusieron un freno a la
alianza entre la burocracia y la patronal. Pero que la batalla sigue y que se
puede pelear. Hoy quedó demostrado. Los que hicieron la elección y la “ganaron”
salen con la cabeza gacha.
Esta batalla acaba de empezar. Es parte de una pelea mayor. La lucha contra
la burocracia sindical mafiosa que dirige los sindicatos de la provincia en
acuerdo con las grandes multinacionales y el gobierno provincial. Esa misma
burocracia que echó de SMATA a nuestro compañero Hernán “Bocha” Puddu. La misma
que está detrás de los despidos antisindicales de 19 compañeros en VW. Esa
burocracia que sale a hacer de vocera de las grandes patronales, anunciando
las suspensiones y los despidos que vendrán.
Para enfrentar a esa burocracia entregadora, la gran acción de los
trabajadores de Cargo-Renault de este viernes, es un gran ejemplo a seguir. Es un
ejemplo para que las decenas de miles de mecánicos que mueven las palancas de
la principal rama de la industria cordobesa vean que es posible pelear, parar,
golpear. Hoy vimos una gran pelea. Trabajadores tercerizados, sin ninguna
protección sindical, contra la burocracia de su gremio, contra su patronal y
contra una gran multinacional imperialista, mantuvieron parado su sector y le
impusieron un daño (menor pero daño al fin) al conjunto de la producción.
Ese gran ejemplo merece ser conocido por la clase obrera cordobesa. Por los
mecánicos, pero también por los docentes y los estatales. Pero además merece
ser conocido por los estudiantes. Por los miles que pueblan las aulas
universitarias. Porque así se forja la unidad obrero-estudiantil. No en
declamaciones bellas pero vacías. Hoy la Juventud del PTS estuvo en la puerta
de Renault desde las 6 de la mañana peleando para que el Aguja sea candidato.
Los que no somos tan jóvenes también estuvimos allí, orgullosos y contentos de
dar esta batalla. Felices de ver a los obreros luchar. Entusiasmados como el
primer día. Nuevas peleas esperan. Nosotros esperamos por ellas.
Es otro ejemplo de la aparición de elementos nuevos en la subjetividad de los trabajadores que transforman tolerancia hacia la injusticia, en actitud ofensiva a la alianza explotadora, fuente de injusticia y sufrimiento en el trabajo. Estos ejemplos son muy didácticos e ilustrativos para explicar mediante hechos concretos el cambio embrionario en la subjetividad y la unidad obrero-estudiantil. La parte del blog que desarrolla este proceso es muy interesante. Porque se necesitan elementos objetivos como estas acciones y una teoría que explique lo que esta sucediendo de nuevo en las elecciones. Como la relación entre crisis económica, política y de la burocracia, con estos cambios subjetivos. Esto no es sino examinar la teoría marxista con hechos de la realidad. Mucha gente como yo andamos buscando una explicación científica a este proceso molecular de cambios, para pasar a integrarnos al mismo. Yo de hecho estoy participando y concuerdo con todos estos análisis de la realidad a nivel intelectual, pero lo que ando buscando es enganchar gente que vea su importancia y pase al terreno practico de la acción en el sentido de sentir la necesidad de construir un partido revolucionario de clase. Como vengo de perder unas elecciones de gremio docente universitario frente a una alianza MST-PCR que lleva mas de una década en la conducción, me intereso sobremanera en todos los elementos y hechos que destaquen la importancia "de lo nuevo" como es la emergencia del sindicalismo de base en que el PTS tiene una responsabilidad tan destacada. Estoy leyendo con mucho interés la compilación "Los sindicatos y las tareas de los revolucionarios" de Trotzky, que edito el IPS. Y me fijo especialmente en los órganos de difusión del PTS las noticias relacionadas a este interesante proceso que me gustaría defender de manera científica y apasionada. La lucha contra la burocracia sindical, este aparato interpuesto entre la clase trabajadora y sus aspiraciones democráticas, sus deseos de soltar toda la bronca acumulada, aparece en todas partes con características especificas según se trate de la Universidad, una Obra Social, cualquier régimen de gobierno de lo colectivo. Es un fenómeno formidable que requiere estudiarlo, desmenuzarlo, mientras se lo combate en la cotidianidad de nuestras vidas insertas en un trabajo colectivo, privado, estatal, institucional. La verdad que requiere de un Laboratorio de acción y teoría permanente como el que ustedes han adquirido en esta ultima década. Desde mi posición como consejero docente en una Obra Social universitaria y como integrante de una Agrupación sindical opositora (en este caso a una burocracia centro izquierdista o sindical reformista) estoy tratando de ejercer toda la influencia ideológica de la que soy capaz entre mis compañeros. Algunos de estos escarceos se pueden leer en www.celestesolidaria.blogspot.com.ar y www.vivir-y-actuar-juntos.blogspot.com.ar
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